Morocha de curvas explosivas, la vedette de Cocodrilo, circo y varieté les hizo y les hace frente a todas las polémicas. Desde Federico Bal y Laurita Fernández hasta su enemistad con May Alexander y Carmen Barbieri.
Su verano pasado parecía tranquilo. Al tiempo que cumplía con su temporada en Villa Carlos Paz, Flor Marcasoli (28) procuraba lucirse arriba del escenario. Y cuando el verano estaba a medio transitar, un incidente policial hizo que pasara a estar en boca de todos. De todos y de todas. Su nombre y apellido se terminó de hacer conocido al estar involucrada en un enfrentamiento entre grupos de chicos entre los que estaba Federico Bal, su ex pareja, en un conocido local de comidas rápidas en el centro de la ciudad serrana. Por aquel entonces, ser parte –voluntaria e involuntariamente– de ese intercambio entre jóvenes que incluyó empujones, palabras subidas de tono y la intervención de la fuerza pública local, hizo que los primeros pasos de la relación entre el hijo de Carmen Barbieri y Laurita Fernández pendiera de un hilo.
Un hilo muy finito que incluyó una separación de semanas entre los participantes de Bailando por un sueño, después de que la morocha declarara públicamente que el también hijo de Santiago le enviaba cariñosos mensajes vía celular. Después de varios cruces televisivos, incluso con la que fue su suegra y con quien supo compartir escenario, la bailarina continúo con su relación con Esteban Morais, con quien comenzó una historia de amor durante 2016. Y las aguas parecieron calmarse… Sólo parecieron, porque el fantasma de sus dichos en los medios de comunicación tuvieron presencia durante todo 2017, incluso en la pista de Showmatch, en donde la diosa sexy estuvo presente en dos oportunidades y se llevó como saldo, entre otras cosas, un enfrentamiento con Hernán Piquín, que no quiso bailar con ella por considerarla “mediática”.
¿Feliz coincidencia? Coincidencia o especulación financiera, en puros y exclusivos términos de negocios, en los últimos meses del año pasado Marcasoli recibió varias propuestas laborales. Y la que más la convenció fue la que presenta Omar Suárez con Cocodrilo, en el Teatro Olympia, en Mar del Plata. Pero desde que comenzaron los ensayos del espectáculo, también empezaron los problemas. Si bien Florcita se llevaba y se lleva muy bien con todo el elenco de bailarines y comediantes que integran el show, no se pudo dar el gusto de compartir sobre las tablas con Santiago Bal, quien supo ser su yerno. Se tuvo que quedar con las ganas porque, supuestamente, al capocómico le pidieron que no lo hiciera.
¿Y quién lo habría hecho? En un primer momento se dijo que fueron Carmen y Federico, su ex mujer y su heredero, que se lo pidieron especialmente para no hacer sentir mal a la conductora de Combate. Desmentida de por medio, por estos días se le adjudicó la responsabilidad a la rubia, diciendo que fue su expresa súplica para evitar todo tipo de especulaciones, cruces y comentarios. Sin embargo, tanto Carmen y Federico como Laurita se desligaron de tamaña responsabilidad. Y si bien Marcasoli no se muestra en el show con Bal, juntos se prestaron a un móvil de televisión para demostrar que la paz reinaba entre ellos y que, lo que en su momento le molestó a ella, había quedado en el pasado. Quizá, por pedido de la producción de la obra, quizá por propia voluntad, en conclusión parece tema resuelto, por lo menos es lo que parece… Sin embargo, con Fernández no fue tan benévola.
“La verdad, no me sorprende, suele tener esas actitudes. Recuerdo cuando estaba por entrar al Bailando, que ella dijo analizar bajarse si yo ingresaba”, rememora Flor, cuando se especuló, meses atrás, con que sería incorporada como participante fija al certamen. Pero levantó el guante con otra guerra, a la que ahora le tiene que hacer frente. May Alexander, su ex compañera cuando compartían la revista de Barbieri, la trató de todo menos de linda. Y, claro, de lengua filosa, la diosa sexy no se quedó atrás a la hora de las respuestas.
Contigo, pan… ¡y amor! Después de su experiencia intensa, que incluyó varios meses de noviazgo y unas cuantas idas y vueltas con Bal junior, Flor está plenamente enamorada de Morais, y así lo hace saber cada vez que puede. Incluso, a la hora de tomar distancia de todo lo sucedido con su ex, lo recalca en cuanta nota televisiva, radial o medio gráfico puede. Tan afianzado avanza el noviazgo que, de un tiempo a esta parte, conviven bajo el mismo techo. Y, con el correr del tiempo, no descartan concretar su unión con un casamiento –por lo menos bajo el ala del registro civil– ni formar una familia, si todo marcha como hasta ahora.