"La violación es un delito. Pero la seducción insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista".
Con esas palabras se inicia un polémico manifiesto firmado por un centenar de artistas e intelectuales francesas, incluyendo a la afamada actriz Catherine Deneuve, en contra del "puritanismo" desatado tras la lluvia de denuncias por agresión sexual ocurridas a partir del caso del productor de cine Harvey Weinstein.
El texto, publicado este martes en el diario francés Le Monde, critica el efecto que están teniendo los movimientos como el #MeToo (yo también) o su versión francesa #BalanceTonPorc (denuncia a tu cerdo) pues consideran que han convertido "la protesta legítima por la violencia sexual a la que están sometidas las mujeres, en particular en su vida profesional" en una "caza de brujas".
La etiqueta #MeToo se volvió viral en redes sociales el pasado mes de octubre cuando, en medio del revuelo por las incesantes denuncias que surgían por el caso Weinstein, la actriz Alyssa Milano escribió en Twitter: "Si todas las mujeres que han sufrido acoso sexual escribieran 'yo también' (me too, en inglés) tendríamos una idea de la magnitud del problema".
Desde entonces, sirvió para que miles de mujeres alrededor del mundo se animaran a compartir las historias de las agresiones o abusos sexuales que han sufrido.
Semanas más tarde empezaron a surgir etiquetas como por ejemplo #MeNeither (#YoTampoco) o #NotAllMen (#NoTodosLosHombres), para hacer contrapeso al #MeToo.
La carta publicada este martes en Francia advierte sobre las "campañas de delaciones y acusaciones públicas hacia individuos a quienes no se deja la posibilidad de responder o de defenderse".
"Hombres han sido castigados de forma sumaria, expulsados de sus empleos cuando todo lo que hicieron fue tocar la rodilla de alguien o intentar robarse un beso", se lee en el documento suscrito además por la ilustradora Stéphanie Blake y la escritora Catherine Millet, autora de "La vida sexual de Catherine M.", un libro sexualmente explícito que fue un éxito de ventas en 2002.
Libertad sexual
"Lo que comenzó como una liberación de las mujeres para que alzaran su voz se ha convertido en lo contrario, se intimida a la gente para que hable 'correctamente', se acalla a quienes no coinciden y aquellas mujeres que se niegan de doblegarse son vistas como cómplices o traidoras", agrega la carta.
Las firmantes aseguran que lo que está ocurriendo en lugar de ayudar a las mujeres, "en realidad ayuda a los enemigos de la libertad sexual", como los extremistas religiosos y los peores tipos de reaccionarios.
"Nosotras defendemos una libertad de importunar, indispensable para la libertad sexual".
Asimismo, cuestionan que haya hombres que han sido expuestos al escarnio público "por hablar sobre tema íntimos durante cenas de trabajo o por enviar mensajes sexualmente cargados a mujeres que no les correspondían".
El texto lamenta que con la ola de denuncias se ha creado un ambiente público en el cual las mujeres son víctimas pobres e indefensas.
"Como mujeres no nos reconocemos en este feminismo, que más allá de denunciar el abuso del poder se transforma en odio a los hombres y a la sexualidad. Pensamos que la libertad de decir no a una proposición sexual corre pareja a la libertad de importunar, sin encerrarse en el papel de víctimas", aseguran.
La carta de las artistas e intelectuales francesas se publicó apenas dos días después de que en la entrega de los Globos de Oro, organizados por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, casi la totalidad de las celebridades presentes acudieran vestidas de negro como forma de protesta y de crear conciencia en contra de los abusos sexuales.
Gran parte de la ceremonia y de los discursos de los premiados se centraron en ese tema, con el auspicio también de la campaña #TimesIsUp (se acabó el tiempo), impulsada por un grupo de actrices como forma de dar a entender que ya es hora de poner fin a este flagelo.