Este año, la joven bailarina y actriz superó sus miedos y se hizo un retoque estético en la nariz. ¿El resultado? Quedó más linda que nunca...
En el equipo de "misteriosos" de la farándula, ella puede llevar la cinta de capitana. Y llamamos "misteriosos" a esos personajes del medio a los que se les conoce todo y no se les conoce nada. Hay muchos, piense, porque las redes sociales así lo certifican. Magui Bravi (30) es el mejor ejemplo. La morocha se deja ver en Instagram sin maquillaje o súper producida, desayunando o en una gala, en el parque, en su casa o en un rincón del país, haciendo un baile hot o durmiendo la siesta... Pero si se habla de amor, o de sexo, una de las cosas más fundamentales de la vida, a la diosa surgida del Soñando por bailar 2 –año 2011, conducido por Santiago del Moro– no se le computan novios o romances confirmados. Se dijo que salía con uno, que chichoneaba con otro, que tuvo onda con aquel… pero nada. ¿Lo último? Versiones de affaire con Adrián Suar. Versiones que quedaron en la nada, como pasa siempre con los "misteriosos".
Un avión. Lo que sí sabemos de la chica criada en La Plata es que fue azafata, y que su vocación de bailarina la fue acercando al mundo artístico. Este invierno trabajó con José María Muscari en Bollywood, y el verano 2018 la encontrará en Mardel haciendo la comedia Mi vecina favorita, con Lizy Tagliani. Otro "secreto" de su intimidad fue la cirugía plástica que se realizó en la nariz, decisión que no le resultó fácil tomar. "Lo pensé, pero me da pánico tocarme", declaraba en 2012. Cinco años después se animó, lo hizo y quedó divina. ¿Alguien llenará de caricias ese rostro? Misterio.
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