Esa edad tenía cuando se hizo conocida en el mundo entero protestando contra las papeleras en la Cumbre de Viena, llevando una pancarta y una diminuta bikini. Desde entonces, mucho pasó en su vida: el "Bailando", los desnudos en Playboy, "Combate". Pero en uno y otro lugar desplegó una sensualidad arrolladora.
¡A no confundirse! Es Evangelina Carrozzo, y se escribe así: con doble r y doble z (aunque como Eva no haya otra igual…). En busca de más datos, aclara que no puede revelar sus medidas porque nunca se las toma. A cambio, revela su edad: 37 años “recién sacados del horno”, dice esta escorpiana que festejó el 19 de noviembre. Y que avisa: “Ahora me siento más segura con mi cuerpo que cuando tenía 25”
En mayo de 2006 Eva tenía 25 años. Y por más de dos semanas preparó, junto a miembros de Greenpeace, su irrupción en la Cumbre de Viena. Dándole la espalda al mundo y de frente a 58 jefes de Estado de todo el mundo, exhibió una pancarta contra la instalación de las papeleras en Entre Ríos. La sacaron del lugar segundos después; hablarían de ella durante semanas.
Ese mismo año tuvo una participación en el “Bailando por un sueño”. Y en 2007 fue una de las figuras de “Patinando por un sueño”, a la vez que seguía desarrollando su carrera como modelo. También hizo teatro y fue vedette.
El carnaval es su gran pasión: disfruta sambando en una comparsa. Cada vez falta menos para que vuelva al corsódromo de Gualeguaychú, su ciudad natal, allí donde es tan mimada. Y lo hará tras una ausencia prolongada. Por eso, se ilusiona: “¡Estoy feliz! ¡Vuelvo a mi gran pasión!”
Hace unos meses Carrozzo estuvo en “Combate”. Ahora, mientras sueña con hacer radio, encabeza desfiles, conduce eventos y es la cara (y el cuerpo) de distintas campañas publicitarias.
En “Combate”, Eva era capitana del “Equipo Verde”, que también integraba una tal Micaela Viciconte. “Me hablaban muchas cosas de ella, ¡pero Mica es lo más! ¡La banqué desde el primer día! -asegura-. Auténtica, genuina, guerrera, tiene claro lo que quiere. Y es sincera y no la caretea, ¡como yo! Pero detrás de todo, es una tierna, muy sensible. ¡La quiero muchísimo!”
Estudiante de Consultoría Psicológica Evangelina encuentra una particular definición sobre su estado civil: “Tratando de congeniar”, bromea.
Pero, ¿con quién? ¡Misterio! Sólo dice que se trata de un joven que ama los animales, una cualidad indispensable para ella: “Desconfío de quien no los quiere…”, advierte. Así las cosas, si algún candidato la pretende pero ni siquiera “Bambi” le provoca algo de cariño, deberá retirarse de la carrera silbando bajito. Mala suerte. Otra vez será.