La miniserie, que pratagoniza Jessica Biel ha sido elogiada por la performance de la actriz.
Una agitada mujer ve a una pareja besándose a la orilla de un lago donde decenas de personas disfrutan del sol. La música que sale de la radio de la pareja comienza a subir de volumen, alterando más a la mujer, que de forma repentina, agarra un cuchillo y apuñala al hombre, en una de las escenas más sorpresivamente violentas en la televisión norteamericana este año. El acto lo comete en plena luz del día y frente a un puñado de testigos horrorizados. Cuando es detenida, admite su culpabilidad, pero asegura no conocer a la fallecida víctima, ni entender por qué hizo lo que hizo. Su única explicación es el alto volumen de la música de la pareja.
El momento pone en marcha la oscura trama de The Sinner, en donde la identidad de un asesino no es el misterio central, sino que la motivación para hacerlo, sobre todo cuando pareciera no haber ninguna. La miniserie, de ocho episodios, se estrena completa mañana en Netflix, luego de haber acumulado elogios en su emisión en Estados Unidos, donde fue puesta en pantalla por la cadena USA, la misma detrás de Mr. Robot, que de a poco se ha hecho un importante lugar en el mundo de la era dorada de la televisión norteamericana.
Dos rostros asociados al cine, Jessica Biel y Bill Pullman, encabezan el elenco de la historia basada en el libro homónimo de la escritora alemana Petra Hammesfahr, publicado en 1999. En el caso de la primera, es un retorno a la pantalla chica que esperó más de una década: se trata de su primer protagónico televisivo desde 7th Heaven, serie en la que comenzó su carrera, siendo parte de esta entre 1996 (con 14 años) y 2003, más una aparición especial en 2006. Desde eso, Biel saltó al cine, con una carrera irregular de algunos éxitos en películas independientes, pero más de un traspié en proyectos comerciales. En The Sinner parece haber encontrado su mejor forma.
Biel interpreta a Cora Tannetti, una mujer viviendo un matrimonio desgastado en un suburbio a las afueras de Nueva York, donde es vecina de su suegra y trabaja en el negocio familiar de su marido. En lo que parte como un paseo junto a su hijo y esposo, termina cometiendo el repentino asesinato. El caso de Cora ni si quiera va a juicio, ya que la mujer no sólo confiesa todo, sino que además parece totalmente cómoda con la idea de que la situación se cierre allí y vaya a la cárcel.
Uno de los detectives que detiene a Cora, Harry Ambrose (Pullman), se obsesiona con el caso, y ante su disconformidad ante la falta de respuestas, comienza por su cuenta a interrogar a la mujer, que de a poco da luces sobre cómo su vida derivó en el sangriento momento, partiendo con flashbacks a su niñez, criada por padres fanáticos religiosos (mientras la serie también se centra en la compleja vida personal de Ambrose), explorando el mundo interno de una mujer que en su vida adulta está definida por sus silencios.
“Las ambiciones de la serie son simples: contar una satisfactoria historia de crimen de buena forma”, aseguró la revista Time. Los Angeles Times opinó: “A pesar de sus fallas, es atrapante. Y Biel está excelente, sin las elaboraciones cosméticas que esta cultura espera de las celebridades femeninas. Es una simplicidad que le sienta bien”.