Lena Headey usó sus redes sociales para contar su traumático encuentro con el productor.
Al igual que muchas mujeres, Lena Headey usó sus redes sociales para contar que Harvey Weinstein la acosó en el pasado. El productor de Hollywood ya fue acusado por otras famosas y mujeres del ambiente por abuso sexual, violaciones y acosos.
La actriz que interpreta a Cersei Lannister en Game of Thrones escribió su experiencia con Weinstein: "Sucedió en el Festival de Venecia, donde se presentaba la película The Brothers Grimm en cuyo rodaje había sido sometida a bullying por su director Terry Gilliam. En un momento dado, Harvey me pidió que me fuera a dar un paseo con él junto a los canales y le acompañé hasta que se detuvo y me hizo un comentario sugerente, un gesto, al que yo respondí con una risa porque estaba verdaderamente en shock. Recuerdo pensar que era una broma y decirle algo tipo ‘vamos hombre, sería como besar a mi padre’. Así que nos fuimos a tomar algo con el resto del equipo y nunca más volvieron a llamarme para actuar en una película de Miramax”.
Pero el relato de Headey no terminó ahí: "Años más tarde me lo encontré en Los Ángeles. Por alguna razón creía que nunca se atrevería a volver a intentar algo conmigo, no después de haberme reído en su cara y decirle que eso no iba a pasar ni en un millón de años. Pensé que respetaría el límite que le puse y que quizás solo quería hablar conmigo de trabajo. Nos juntamos a desayunar y primero hablamos de películas, pero no tardó en preguntarme en qué estado estaba mi vida sentimental y amorosa. Intenté cambiar la conversación hacia temas menos personales, pero él insistió en que le acompañara a la habitación para que me diera un guion".
"Caminamos hacia el ascensor y de repente algo pasó que todo mi cuerpo se puso en alerta. Según subíamos le dije a Harvey que no estaba interesada en otra cosa que en el trabajo, que por favor no pensara que subía con él por otros motivos. ‘No va a pasar nada’, le dije. No sé qué me llevó a hablar así en ese momento, pero sentía que tenía que hacerlo. Se quedó en silencio. Furioso. Pero cuando salimos del ascensor, él caminó por detrás de mí con su mano sobre mi espalda sin decir una sola palabra. Me sentía totalmente indefensa. Intentó abrir su habitación con la tarjeta pero no funcionaba, y eso lo terminó de enojar del todo. Así que me acompañó de nuevo al ascensor agarrándome del brazo, pidió que trajeran mi coche y me susurró al oído: ‘No le digas a nadie nada sobre esto. Ni a tu mánager ni a tu agente’. Entonces me senté en el auto y me largué a llorar", finalizó.