A pesar de que tiene unas curvas envidiables, durante su adolescencia, Sol Pérez no la pasó para nada bien ya que la autoexigencia y los parámetros que establece la sociedad sobre el cuerpo de la mujer, hicieron que dejara de comer.
"Cuando era chica me obsesioné con mi cuerpo y hasta me desmayaba en la escuela por no comer", relató la participante del "Bailando" en diálogo con "El show del espectáculo"
Afortunadamente, la bella rubia se dio cuenta a tiempo y puso reacomodar su conducta con la comida. "Entreno en el Bailando que son 3 horas diarias y en el gimnasio siempre 2 horas. Como bastante variado, me mata cuando voy a hacer presentaciones al interior porque los hoteles tienen de todo, me la paso comiendo alfajores, tortas. Cualquiera puede comer, hay que hacer ejercicio, incluso salir a caminar 20 minutos diarios", afirmó.
"Son importantes las colaciones ahora que hace mucho calor una ensalada de fruta, las proteínas. A mi me gusta mucho el soy del pollo", concluyó.