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País

La familia Maldonado se pudo reunir con el juez que investiga el caso

El hermano de Santiago, y su abogada, se juntaron con el nuevo magistrado, Gustavo Lleral. Creen que deberían profundizar la investigación sobre Gendarmería.

03/10/2017

Hoy por primera vez se reunieron cara a cara el hermano de Santiago Maldonado, Sergio, su abogada Verónica Heredia, y el nuevo juez federal a cargo de la causa Gustavo Lleral. Alrededor de las 10 de la mañana de este martes, Sergio y Heredia ingresaron al edificio de la Justicia Federal en Esquel, en lo que significa un hecho inédito en el marco de la investigación.

El anterior juez federal que llevaba el caso, Guido Otranto, quien fue desplazado por la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia, nunca había llegado a encontrarse en persona con los familiares y su abogada para discutir el proceso en marcha. Los ataques públicos de Sergio hacia su persona no ayudaron a aliviar tensiones entre ambas partes.


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Según pudo averiguar Clarín, en la reunión se habrían discutido temas muy puntuales. El central, como anticipó este diario, sería un pedido por parte de la familia y la defensa de profundizar en las pistas que señalan a Gendarmería Nacional como responsable de la desaparición del joven el 1 de agosto desde el interior del territorio ocupado de Cushamen.

Heredia entregaría un panorama sintético de los distintos elementos que conducen hacia esa hipótesis, descartando de plano que Maldonado se haya ahogado.

La familia espera que Lleral tome un rumbo distinto al de Otranto. El anterior magistrado había prácticamente descartado que los gendarmes tuvieran algo que ver con la pérdida del tatuador. Para Otranto la posibilidad de que hubiera muerto en el agua era la más razonable.

Desde los primeros días, tanto Sergio como su hermano Germán Maldonado, han insistido en que la fuerza detuvo e hizo desaparecer a Santiago en el marco de un operativo de seguridad en el cual participaron los escuadrones de El Bolsón, Esquel y José de San Martín. La familia cree a rajatabla en los dichos de dos testigos de origen mapuche. Estos describieron cómo presuntamente los efectivos capturaban a su hermano y lo trasladaban a un móvil para llevarlo con destino desconocido.

Uno de ellos es Matías Santana, el que provocó dudas a Otranto por entrar en vacíos y contradicciones en su versión. Existe otro testigo (conocido como “E”) que dijo haber estado presente en el momento justo en que Maldonado era supuestamente llevado por los agentes a orillas del río, pero apareció alrededor de 50 días después. Este último todavía no declaró ante la Justicia Federal. Es uno de los tantos testimonios que quedaron pendientes durante el trabajo de Otranto, donde se incluían a representantes de la comunidad mapuche y a gendarmes.

Aun no está claro si Lleral considerará estos relatos como válidos. Según trascendió en las últimas horas, el Gobierno considera que las sospechas sobre los gendarmes no tienen peso y van quedando sólo dos hipótesis razonables: o Maldonado se ahogó o nunca estuvo en el lugar.

En esta misma línea fuentes de Gendarmería Nacional hicieron saber que no consideran “probado” que el joven estuviera ese día en el llamado Pu Lof. Se basan en la ausencia de testimonios confiables y en la nula existencia de imágenes de video o fotografías del tatuador en el sector.

De acuerdo a lo que publicó Clarín la semana pasada, la totalidad de los testigos que vieron a Maldonado entre el 27 y el 30 de julio en El Bolsón, están vinculados al kirchnerismo local, lo que deja un manto de duda sobre la veracidad de sus dichos, opinan fuentes de la investigación.