Una de las partes de la causa le pidió medidas a Lleral y expuso un detallado análisis de las versiones que constan hasta ahora en la causa.
Cuando se disponía a leer el extenso expediente de 2600 fojas con todo lo actuado hasta ahora en la causa de habeas corpus para dar con el paradero de Santiago Maldonado, el juez federal Gustavo Lleral recibió ayer un escrito de una de las partes que intervienen en el caso. El documento, además de requerir una serie de medidas para avanzar en la investigación, le trazó al magistrado un diagrama con "hipótesis" y "sub hipótesis" que podrían tenerse en cuenta hasta el momento.
En el esquema formulado por esta parte interviniente en la causa, a la que accedió el diario La Nación bajo estricta reserva de las medidas requeridas, se exponen tres grandes hipótesis y "su grado de probabilidad": que Maldonado se se pudo haber ahogado en el río Chubut, que su desaparición se pudo haber vinculado con un episodio con la comunidad mapuche de la Pu Lof de Cushamen y que el joven tatuador pudo haber desaparecido en manos de la Gendarmería.
Hipótesis del río
La hipótesis del río, siempre según el punto de vista de este actor del caso, resulta "altamente improbable". El escrito pone de manifiesto dos "sub hipótesis": que Santiago se pudo haber ahogado "sin intervención de terceros" por su miedo al agua y desconocimiento del río o que se haya producido "como consecuencia de actos u omisiones de terceros".
El escrito señala como "altamente improbable" estas opciones. Primero, porque de acuerdo al rastrillaje efectuado por la Prefectura Naval el 5 de agosto, teniendo en cuenta el caudal que presentaba el río a esa fecha, había una profundidad de entre 1,40 y 1,50 metros, además de "presentarse con un gran cúmulo de ramas y palos de sauces en sus orillas y sobre el lecho", por lo que debería haber sido encontrado por los peritos. Además, los exhaustivos rastrillajes efectuados el 16 de agosto y el realizado días atrás tampoco dieron con Santiago.
La comunidad mapuche
La versión de un episodio con la comunidad mapuche es descartada por la parte que presentó el escrito, con un argumento temporal. Presuntamente, la Gendarmería se retiró del predio de la Pu Lof cerca de las 17 del 1 de agosto. "Se encuentra acreditado por medios fílmicos que al momento de retirarse la Gendarmería del lugar, concomitantemente ingresaban allí integrantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH)", dice el escrito.
Y agrega: "Este episodio acaece en un marco temporal que oscila entre las 17 y las 17.30 cuando en la guardia de la Pu Lof se encontraban dos mujeres y dos niños hallándose dispersos por el territorio el resto de los integrantes de la comunidad a fin de ser aprehendidos por los gendarmes".
En horas posteriores -siempre según la versión de esta parte- los mapuches mostraron un estado de "incertidumbre" y alertaron por la ausencia "de una compañera y de Santiago", aunque luego la mujer apareció.
La Gendarmería
Desde el punto de vista de este actor de la causa, debe profundizar la investigación sobre el accionar de la Gendarmería, por una serie de datos llamativos. Primero, consideró que los vehículos utilizados por la fuerza pudieron haber sido "lavados" cuando días después del episodio fueron sometidos al peritaje de cotejo de ADN, por el presunto estado de pulcritud que mostraban.
Segundo "porque la Gendarmería tenía la obligación de llevar un registro fílmico y fotográfico de la totalidad del procedimiento, que no se satisfizo", aseguró el escrito.
Por otro lado, el escrito pidió analizar en profundidad el rol del subalferez Emmanuel Echazú, el gendarme que terminó con su mandíbula fracturada y heridas en el rostro. "En sus declaraciones testimoniales Echazú expresó que fue herido de un piedrazo momentos antes de ingresar a la Pu Lof. Pero su versión fue contrastada por el escopetero Zoilán, el escopetero Cardozo y por el enfermero que le hizo las primeras curaciones, que pusieron en evidencia que las lesiones las sufrió a la vera del río Chubut", señala el escrito.
Zoilán declaró en la causa haberle preguntado a Echazú que le paso, cuando lo vio subir desde el río y dijo que su compañero le respondió: "No sé qué me pasó".
Por último, según el escrito, los gendarmes dijeron haber interpuesto las camionetas y el Unimog a modo de escudo, para evitar ser impactados por las piedras, cuando "ninguno de los vehículos expuso roturas o daños".
Fuente: diario La Nación.