"Me saqué lolas porque no me quedaban acorde a mi cuerpo", dijo la ex Gran Hermano.
La edición de Gran Hermano 2012 tuvo como ícono a Victoria Irouleguy (24), una impulsiva y bellísima joven que -por entonces- tenía 18 años recién cumplidos. Su tórrido y apasionado romance con Ezequiel Tramannoni quedó en la historia del reality, pero eso ya es parte del pasado.
Lejos de lo que mostró en su debut televisivo, a su salida mantuvo un perfil bajo pese a su noviazgo de casi dos años con Lucas Velasco y se dedicó por entero al modelaje. Pero hay más: porque en abril de 2016, Vicky sorprendió al dejar todo atrás. Se separó de su novio, un representante de futbolistas, y partió rumbo a Miami por tres meses. Luego, regresó de la mano del empresario, quien viajó especialmente para reconquistarla. ¡Y todavía siguen enamorados! "Estamos todo el tiempo juntos, pero todavía no convivimos ni hablamos de casamiento o tener hijos. Nos gusta ser novios. Y si bien no estamos comprometidos, sí estamos comprometidos el uno con el otro desde el amor de nuestros corazones. Eso tiene más valor que cualquier anillo o papel firmado", confesó Irouleguy en una entrevista en la que también posó con sus renovadas curvas.
Por estos días, Victoria es una de las integrantes del equipo verde de Combate y sueña con imitar los pasos de Florencia Vigna. A saber: conquistar al público y consagrarse en el reality de las tardes de elnueve, para luego triunfar en el Bailando. "¡Flor es una grosa! ¿Quién no quisiera imitar sus pasos? Me encantaría estar en el Bailando, aunque sea un queso bailando. Ahora con Combate le estoy poniendo muchas energías y de a poco estoy agarrando un poco más de ritmo. La realidad es que para ir a un boliche, zafo. Pero de ahí a hace una coreografía completa, me cuesta más. Igual, mi primer objetivo es ser campeona de Combate, y más adelante si me llaman de Ideas, me pondré a full con el baile".
-Posaste sexy para Ciudad... ¿cómo sentís tu cuerpo después de la reducción de lolas?
-Bien, pero me tengo que volver a operar por tercera vez porque no quedé conforme con el tamaño. Hace tres años me hice la primera operación porque eran muy grandes, no quedaban acordes a mi cuerpo y además me traían problemas de columna. Ahí me sacaron todo lo natural que tenía y me pusieron prótesis chiquitas, para no quedar en cero. A los dos años, se me encapsularon las siliconas, que en realidad es un proceso en el que las mamas se ponen cada vez más duras. Hace cuatro meses, me volví a operar, pero el médico hizo una mala cirugía, me puso el tamaño que él quiso.
-¿No te da miedo volver al quirófano?
-La verdad que entrar al quirófano es terrible, algo muy traumático. De hecho, dos horas antes de entrar lloro mucho, me da miedo. Es horrible, sobre todo porque el post operatorio es muy doloroso y yo soy súper sensible. La pasé muy mal las veces que me operé. Por suerte, mi novio me apoya en todo lo que hago y me conoció después de la primera operación.