El viernes una camioneta embistió a un grupo de ciclistas que iban a Mailín y uno de ellos murió. Sus compañeros cuentan lo sucedido y cómo recuerdan al joven de 26 años.
La devoción por el Señor de Mailín, sumado al valor de amistad y solidaridad para con los peregrinos, le cambió la vida en un abrir y cerrar de ojos a un grupo de amigos del barrio Sarmiento.
Mientras viajaban por la Ruta Nacional 34, lo vieron a Erick Gutiérrez Chamorro solo, con hambre y frío, y lo sumaron a la caravana. Pero el viaje fue demasiado corto. A los pocos minutos una camioneta los embistió y este joven policía, de tan solo 26 años, murió al ser arrollado por un camión que venía de frente. Los otros cuatro ciclistas sufrieron lesiones leves.
La triste noticia conmovió a todo Santiago. Este lunes, un equipo de Noticiero 7 fue hasta la casa de uno de los muchachos donde todos estaban reunidos. Dos de ellos contaron cómo fue aquel duro momento y el recuerdo que guardan de Erick.
"Cuando cruzamos el peaje lo encontramos solo sobre la ruta, practicamente ya sin fuerzas, muy cansado", comienza diciendo Ángel Escalada (37). Y sigue: "Yo le pido autorización a ellos [sus amigos] si le podíamos dar una mano y me dicen que sí. Nos tiramos a la banquina y le preguntamos cómo estaba, si quería unirse al grupo. Nos dice que sí, que estaba muy cansado, que tenía hambre, que tenía mucho frío".
De ahí se trasladaron unos cinco o seis kilómetros, encontraron a otros peregrinos y se armó un grupo más grande. "Había risas, bromas", relata Ángel. Luego llegaron a Taboada, descansaron, comieron y todo el grupo recuperó las fuerzas para seguir. "En ese momento, nunca me voy a olvidar cuando Erick nos decía que a nosotros nos había mandado Dios para que lo ayudemos a él. Le digo 'amigo, vos quedate tranquilo que nosotros estamos para darte una mano'", recuerda Ángel, emocionado.
"Hacemos como un kilómetro y de la nada nos impacta una camioneta de atrás. Lo único que atiné es hacerme fuerte y esperar que me pase por encima, veía los pedazos de bicicleta que cruzaban", expresa rememorando esos segundos horrorosos que deben haber durado como un año.
Y agrega: "Cuando me impacta la camioneta hago la cabeza para atrás y veo que uno de mis compañeros [Erick] pasaba por las ruedas del camión. Eso es algo que no creo que me olvide más".
El relato continúa con la voz de Ernesto Gómez (27), quien sostiene que el joven agente policial iba detrás suyo. "Íbamos conversando; por ahí yo me quedaba y él me decía 'dale ya llegamos'". Además contó que, cada tanto, Erick gritaba "¡viva el señor de Mailín!"
Consultados acerca del recuerdo que les queda de él, las definciones fundamentales fueron: "buena persona" y "será nuestro ángel que nos va a cuidar siempre que peregrinemos".