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Regionales

La pieza de acero que encontraron en el horno no es de Daiana Garnica

Se pensaba que podía tratarse de un piercing de la adolescente, pero lo desestimaron. Continúa la búsqueda.

18/05/2017

La pieza de acero quirúrgico y los restos biológicos hallados en el interior de uno de los hornos de la ladrillera de Alderetes donde trabajaba el santiagueño Darío Suárez, el principal acusado de la desaparición de Daiana Garnica, habrían dado resultados negativos en las pericias, según indicaron fuentes de la investigación.

Al principio, se barajó la posibilidad de que se tratara del piercing de Daiana y de piezas dentales. Ambos elementos fueron estudiados en el Laboratorio de la Policía, pero nada tendrían que ver estos hallazgos con la adolescente, sostuvo la fuente.

Sin embargo, no está dicha la última palabra; desde la fiscalía pedirán que se haga un análisis más profundo con especialistas de otra provincia. Además, por otro lado, se insistirá con los rastrillajes. Para esto, se pidió colaboración al ministerio de Seguridad de la Nación y en los próximos días llegarían perros entrenados que colaboraron con el hallazgo del cuerpo de Araceli Fulles.

Daiana salió de su casa del barrio Julio Abraham, en Alderetes, el sábado 6 de mayo y le avisó a su madre, Susana Cisneros, que acompañaría a comprar un regalo a Suárez, vecino y principal sospechoso del caso.

La joven no regresó y sus familiares encontraron en su celular, que se había olvidado en su casa, una conversación con el acusado, quien le pedía que lo acompañe a comprar una sorpresa para su mamá y que no le contara a nadie.

Si bien el fiscal Claudio Bonari ya caratuló la causa como privación ilegítima de la libertad seguida de homicidio, todavía no hay un solo rastro de la chica.

El fiscal sospecha que Suárez, de 40 años, abusó de Daiana, de 17, luego la asesinó y se deshizo de sus restos quemándola en el horno de la cortada.

El fiscal estima que contó con la colaboración de varias personas, entre las que se encuentra un amigo y compañero de trabajo suyo, Fabián Ernesto "Sapo" Pacheco, y el dueño de la ladrillera, Juan Mátar.

Fuente: La Gaceta