La morocha atraviesa un gran momento laboral y profesional. Mientras disfruta de su amor con Guillermo Pelado López, comienza a dar sus primeros pasos en Telenoche.
Cuando dio sus primeros pasos en los medios cautivó con su belleza y su simpatía. A sus curvas, su cara angelical y sus ojos verdes le suma frescura y espontaneidad. Su receta para agradar y caerles bien a quienes la conocen es simple: sinceridad, ir de frente, mostrarse tal cual es y, por supuesto, esa pizca de humor que nunca le falta. Sin embargo, Sofía Jujuy Jiménez (26) tiene otros atributos para destacar. Es una apasionada del trabajo y de ir detrás de cada objetivo hasta alcanzarlo. El año pasado se recibió de licenciada en comunicación social, y este año dio el gran salto dentro del rubro donde se siente más cómoda. “Se dio espontáneamente. El día que fui a dar la tesis me llegó un mail donde me propusieron una entrevista para saber si yo estaba interesada en el rubro. Siempre, como comunicadora social que anhelaba ser, o como periodista, tenía la idea de llegar a un noticiero. Era un sueño desde chica, pero nunca pensé que se iba a dar tan rápido. Se puede decir que estoy jugando en Primera y estoy en una gran escuela”.
–En tu sección, Grosos, contás historias de vida donde te involucrás, ¿qué te genera?
–Es muy emocionante, y esto se dio de casualidad. Mirá, cuando a mí me llaman para un noticiero, como venía del entretenimiento me pidieron hacer unas pruebas de cámara, que las hicimos en Salta. Entre las pruebas surge la nota con Angelito, la nota del chico que tiene un comedor infantil, que se vio el último jueves en Telenoche. Bueno, esa nota, en realidad, fue una prueba de cámara. Cuando me ven con el nene y cómo se dio todo enseguida dijeron hay que ir por ahí. Entonces, cuando la propuesta fue hacer algo con niños no lo dudé, porque amo a los chicos.
–Te vas afianzando en el periodismo, ¿con esto te alejás del modelaje?
–No, para nada. Son carreras compatibles absolutamente. Hacer campañas y seguir con el modelaje lo puedo hacer. Todo se puede arreglar para seguir con las dos cosas que más me gustan. Además soy de cuidar mi imagen, elijo qué hacer y qué no. Mis trabajos no son improvisados.
–Con esto terminás con el mito que dice que las chicas lindas no son inteligentes…
–¡Sí, por favor! Por suerte puedo demostrar que las mujeres tenemos muchísimo para dar, que hay una inteligencia que va más allá de la belleza. En mi caso, estoy contenta de la carrera que estoy haciendo. Me esforcé para venir de Jujuy, arrancar una carrera en la facultad, recibirme mientras paralelamente trabajaba. Nadie me regaló nada, terminemos con el mito… Las modelos también somos inteligentes y podemos conseguir cosas.
–¿Para mantener la figura te cuidás o hay algo de genética?
–Tiene que ver con la genética en gran parte. Tengo dos hermanas seguidas a mí, tenemos 25, 26 y 27, y de cuerpo somos similares y las tres somos muy relajadas, no tenemos una obsesión. En mi caso, trato de estar en movimiento. Salgo mucho a caminar, sobre todo si no tengo tiempo de ir al gimnasio. Con Guille hacemos muchas caminatas. Ahora lo que estoy haciendo es body ballet, que combina la danza clásica con el training. Esta buenísimo porque trabajás todo el cuerpo, pero divirtiéndote. No es tan exigente de ir y matarse en el gimnasio, eso tanto no me gusta. En cambio esto te mantiene el cuerpo más estilizado. Después soy muy relajada. Si tengo una campaña, una semana antes dejo de tomar bebidas gaseosas, los chocolates y el heladito… después de la campaña vuelvo a todo eso. Soy súper dulcera.
–Laboralmente se te veía bajo el ala de tu novio, ahora que volás sola, influye en la pareja?
–Sí, por supuesto que influye, pero para bien. Fue una linda decisión para mi crecimiento. El está súper instalado, tiene su lugar y que yo me pueda ir haciendo el mío nos pone contentos a los dos. Yo estaba necesitando mostrar lo que tengo para dar. El me aconseja mucho, cuento con un gran maestro de la televisión.
–Pasando a la pareja, ¿la convivencia ya es un hecho?
–Sí, ya siento que la casa de Guille es mi casa. Es una convivencia no oficializada, pero lo es. Ya sé lo que me gusta, yo sé lo que le gusta. Sabe que los domingos me gusta hacer fiaca hasta tarde, los mates en la cama y me acompaña. Ya muy de vez en cuando me voy a dormir a lo de mis hermanas. Que está bueno también, le suma a la pareja porque nos extrañamos.
–¿Cómo es el día a día con las tareas del hogar?
–Para empezar, somos un desastre en la cocina. Vivimos pidiendo delivery. Por suerte encontramos unos lugarcitos que hacen comida casera para llevar, preparada en el momento, que son muy buenos. De vez en cuando me la juego y algo preparo… alguna ensalada, alguna tarta… he metido un pollo al horno con papas, ¡ojo!
–¿Cómo te ves de acá a diez años?
–Ya con hijos, con Guille, por supuesto. Estar en familia, disfrutando de eso, que es tan lindo. En lo laboral estar instalada y ser reconocida por mi trabajo. Trabajando, llevando la vida de ahora, pero siendo mamá.