La multifacética modelo confesó que está muy sorprendida con la transformación que viene experimentando desde que supo que se convertiría en mamá, sobre todo en lo que refiere a su alimentación.
"Ahora me da mucho asco el café y antes me tomaba como 10 por día. Recién esta semana se me abrió el apetito porque hasta ahora, era sólo puré de zapallo y papa, nada más", le confiesa Jésica.
Acostumbrada a llevar una alimentación libre de carnes rojas, hiper sana y estrictamente balanceada; ahora que tiene 10 semanas de embarazo jura que está desconcertada con lo que su cuerpo le pide. "El domingo a la noche me antojé con un sándwich de pollo y mayonesa con un pan gigante. Yo siempre le sacaba la miga pero ahora me doy esos permitidos".
Sin embargo, el cambio más drástico lo tuvo en relación a la carne. "Antes no comía carnes rojas pero ahora me desespero por ella. No me gustaba, no te probaba ni un pedacito porque me daba un asco terrible pero ahora quiero entraña, vacío, asado o lo que venga. Incluso volví a comer morcilla", aseguró.