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País

Tragedia en Mendoza: TurBus tiene un largo historial de accidentes y multas

La empresa chilena ha tenido que pagar millonarias sanciones a las víctimas de varios siniestros; tres de sus principales directivos han sido enjuiciados.

18/02/2017

La mayor empresa de transporte terrestre de pasajeros en Chile, TurBus, resultó ser también la compañía con más multas, reclamos por servicio y tragedias carreteras en la última década. Posee más de 700 colectivos y 1200 con todas las filiales, sin contar los de carga.

A un año de cumplir 79 de historia, el holding tiene más de diez filiales que cubren servicios de carga y de pasajeros en Chile, de Arica a Puerto Montt, y recorridos hacia el extranjero. Incluso Turbus tuvo una incursión en el transporte aéreo de pasajeros con la flota Avant Airlines, pero duró solo cuatro años a comienzos de milenio. Hace dos meses, la familia Diez-González, herederos del holding, recibió el premio a la Familia Empresaria del año 2016 que entrega la Universidad de Los Andes a las compañías que más aportan al desarrollo del país. Con ellos trabajan más de 9000 personas.

El último accidente comparable en magnitud con el de esta madrugada en el cruce de Mendoza a Chile fue el año 2010 en la Autopista del Sol, una ruta que une Santiago con la costa central del país. Un colectivo repleto chocó con un camión, murieron 20 personas y el caso terminó en tribunales. El hijo del chofer se disculpó en público con las familias de los fallecidos, se suspendió hasta el año pasado el servicio de la empresa en ese tramo, se levantó un memorial en el lugar de la tragedia, se formó una agrupación de víctimas y el caso llegó a la justicia. Ese mismo año, con 218 multas, Turbus fue la empresa de colectivos más sancionada por la Dirección del Trabajo, principalmente por no respetar el horario de labores de sus conductores. En el año 2005 ya había obtenido la misma denominación.

Otro accidente que aún es recordado es el de 2006, al sur de Santiago, en el río Tinguiririca. Entonces murieron 26 personas luego de que un colectivo volcara de madrugada en la principal carretera de Chile.

En varias ocasiones los líderes sindicales de Turbus han reclamado públicamente por las jornadas laborales largas y agotadoras de los conductores, versus las pocas horas de descanso. En 2012 denunciaron que algunos trabajaban 16 horas continuas al volante en los tramos del norte de Chile. Fue precisamente ahí donde el año pasado se registró el último accidente con fallecidos de un Turbus hasta hoy: cuatro muertos, cerca de la ciudad de Ovalle.

"Nos llama la atención, nos entristece y nos embrutece que teniendo el servicio más formal de todo el mercado, la menor tasa de accidentes, capacitaciones permanentes a nuestros conductores, cada uno con su matriz de desempeño, una escuela de conductores, y que siendo de las empresas con mejor cumplimiento de normas y estándares, nos haya pasado un accidente de esta envergadura", dijo al diario La Nación Victoriano Gómez, gerente de Comunicaciones de TurBus.

Reclamos de los pasajeros

Los reclamos de pasajeros se canalizan a través del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac). En ese organismo los principales reclamos han sido por pérdida de equipaje, mal servicio (baños a bordo colapsados o servicio deficiente), incumplimiento de horarios y por poner en riesgo la seguridad de las personas. De este último ítem hay un fallo que condenó a la empresa a una multa menor en 2014, por un conductor que no quiso pedir un micro de repuesto cuando en el de él había roto su caja de cambios. Sin embargo, no es la única compañía con problemas. El mismo Sernac llevó en octubre pasado a la justicia a 30 empresas, incluida Turbus, por atropellar los derechos de los consumidores.

Tanto en las demandas por pérdida de equipaje como en las por secuelas provocadas por accidentes, la empresa ha tenido que pagar millonarias sanciones a las víctimas, tras los fallos en los tribunales. Y en el caso de las grandes tragedias, se ha formalizado a tres de sus principales directivos. En todos los casos han tenido salidas alternativas en los juicios, es decir, no han llegado a prisión.

Fuente: La Nación