El presunto autor de la muerte de la santiagueña Lorena Mazzeo prestó declaración por iniciativa propia. "Fue un accidente. "El juego consistía en que ella se enrollaba la manguera de la ducha portatil en el cuello y tener sexo mientras corría el agua", dijo.
El hombre detenido en enero por su posible relación con la muerte el pasado octubre de la joven santiagueña Lorena Mazzeo, declaró este jueves "a petición propia" ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 6 de la localidad española de Puerto del Rosario, en las Islas Canarias.
Los indicios apuntaban a la posibilidad de que el detenido había sido la última persona en ver con vida a Lorena.
"Fue un accidente. El juego consistía en que ella se enrollaba la manguera de la ducha en el cuello, y tener sexo mientras corría el agua". Así se expresó Félix Daza Cabeza, el presunto asesino de la joven santiagueña de 34 años, ante la jueza titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Puerto del Rosario, Ana Moreno Valenciano, para justificar su participación en los hechos que acabaron con la vida de la mujer. Félix se encuentra en la prisión de Tahiche acusado de un delito de homicidio tras su detención el pasado 10 de enero.
Félix Daza Cabeza es militar de profesión y pertenece al Regimiento de Infantería Soria 9, con guarnición en Puerto del Rosario. Llegó sobre las diez de la mañana del jueves a los en un furgón de la Guardia Civil. Escoltado y esposado por dos agentes apareció con el rostro tapado por una capucha de color negro.
Los hechos se remontan a finales del pasado mes de octubre cuando apareció muerta en su domicilio Lorena Mazzeo. Su cuerpo fue localizado por los bomberos en el interior de la bañera, con el cordón de la ducha en el cuello y sin signos exteriores de violencia.
A los investigadores les llamó la atención que no hubiera rastro de violencia en el domicilio, ni en el cuerpo de la mujer. También se extrañaron de que no existieran huellas, así como la desaparición de los móviles, la Ipad, la ropa interior de la cama, las llaves de la vivienda o que los cables del router del ordenador estaban cortados.
Tras el descifrado de las llamadas y mensajes de los móviles de Lorena, los agentes pudieron determinar que la última persona que estuvo con Lorena antes de su muerte fue el militar. Tras tenerlo controlado durante un tiempo y descubrir nuevas pistas, casi dos meses después de la fecha del homicidio fue detenido.
Félix compareció durante más de dos horas ante la jueza Moreno, el fiscal y la abogada Mónica Romero, que actuó en sustitución del letrado oficial Andrés Jiménez. Tuvo que responder a una batería de preguntas de cada uno de ellos. Sin embargo, el abogado defensor no formuló ninguna pregunta. Durante las respuestas de Félix se pudo detectar algunas contradicciones.
En su intervención, el militar señaló que no fue a la Policía por miedo. "Cuando observé que ella no respiraba, me dio miedo, me asusté y me angustié. Ella se resbaló y se dio un golpe contra la esquina de la bañera". Además, indicó, que "me llevé la ropa interior de la cama por el ADN, tenía mucho miedo".
El letrado defensor, señaló, que "está claro es un desgraciado accidente". Respecto a las causas por las que Félix no acudió a la Policía si fue un accidente, indicó, que "esto no me lo tiene que preguntar a mí. Yo soy su letrado y hasta ahí llego".
Por su parte, el abogado de la acusación particular, Andrés Jiménez, añadió, que "tras leer la declaración, el señor Félix ha vuelto a insistir en su versión insostenible de los hechos, afirmando la asfixia accidental como causa de la muerte".