Cansada de encontrarse todas las noches con lo mismo, la mujer de Beto César fue con los tapones de punta.
Tal vez, por inseguridad, por estar al límite de saber que la mayoría se juega durante el verano gran parte de su porvenir, es que la mecha se enciende rápidamente. El escándalo nuestro de cada temporada teatral se va armando con el correr de los días. En esta época del año, quienes hacen teatro se muestran más irascible y dispuestos al choque con sus colegas. Las redes sociales sirven y alimentan estás guerras sin cuartel que vive, en este caso, Mar del Plata. Las protagonistas son Silvina Escudero y Alicia Blanchet, la mujer de Beto César. Las dos trabajan en la misma sala y comparten camarín. Este detalle es el que abrió el fuego cruzado.
Parece que cuando Alicia llega a su lugar de trabajo para cambiarse y acondicionarse para su espectáculo, no lo encuentra en las mejores condiciones. Pasó una, dos, tres veces hasta que la señora estalló de bronca y lo hizo público. “Sucia, limpia la mugre que dejas en el teatro, que después viene otro espectáculo”, sostuvo Blanchet sin ningún miramiento.
Palabras fuertes, que esconderían el verdadero problema. El trasfondo sería otro mucho más incómodo y el tema de si el camarín está sucio o desordenado, no es la problemática, sino que simplemente fue la gota que rebalsó el vaso.
Al parecer, lo que estaría indignando a la mujer de Beto es que El mundo mágico de Maite, la obra que comanda Escudero, entrega tarde la sala y esto hace que Caprichos y algo más…, el espectáculo del humorista, comience más tarde de lo común. La temporada recién comienza y habrá que ver como resuelven esta convivencia que por el momento, se torna insoportable.