Un fiscal federal pidió detener el uso del glifosato en todo el país a raíz de las exigencias de diversas organizaciones de salud.
"Tenemos que prohibir el glifosato y empezar a hablar de agricultura ecológica porque sino nos vamos a morir todos", asegura sin eufemismos el presidente de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa), Jorge Yabkowski. Es que ese herbicida se utiliza en fumigaciones de productos que consumimos a diario: soja, frutas, verduras, yerba y algodón, sólo para enumerar unos ejemplos. "Hace por lo menos una década vemos daños causados por ese agroquímico", afirmó.
"Los síntomas son inimaginables, pero las autoridades tienen que sufrir en carne propia para tomar conciencia", lamenta la Doctora Graciela Vizcay Gómez, abogada y periodista ambiental consultada en en nuestro país y Europa sobre este flagelo. Cáncer, malformaciones, problemas neurológicos, respiratorios, infertilidad y abortos espontáneos son sólo algunos de los males que provocan los agrotóxicos, según los especialistas que rastrean denuncias hace años. Hasta la Organización Mundial de la Salud se pronunció al respecto, al advertir en marzo de 2015 que el glifosato es "probablemente cancerígeno para los seres humanos".
Partiendo de esta alarmante situación, durante este año se intentará promover la prohibición del glifosato en los cultivos de todo el país. Y para ello ya se logró un primer paso.
El fiscal federal Fabián Canda, del fuero Contencioso Administrativo de Capital Federal, solicitó a la Sala III de la Cámara Contencioso Administrativa Federal el dictado de una medida cautelar que busca suspender el uso del agrotóxico glifosato para fumigaciones aéreas. Además, establece una zona de protección para la población de 5 kilómetros de ese herbicida en el caso de las fumigaciones terrestres.
El fiscal le dió lugar a una causa iniciada a fines de 2012 en base a afectados por malformaciones y múltiples enfermedades como epilepsia, anemia hipocrónica y leucemia: "Los informes y antecedentes dejan en evidencia, por lo menos, la indubitable peligrosidad de los agrotóxicos a base de glifosato", indicó. Ignorarlos "es asumir una postura que va en contradicción con la jurisprudencia emanada de la Corte Federal en materia ambiental, respecto de la aplicación del principio de precaución por parte de los jueces" argumentó.
La Doctora Graciela Vizcay Gómez es abogada y periodista ambiental especializada durante años en este drama, y fue una de las firmantes en esa causa de 2012 que ahora provocó el pedido de suspensión del glifosato. Gómez afirmó a este medio que los avances para intentar regular las fumigaciones en municipios "son pocos y esporádicos, y en ciudades o pueblos inmersos en distintas provincias donde no se cumple la normativa en general, por lo tanto cuando se logra una Ordenanza es un paso adelante, pero solo localmente. Por eso es necesaria una ley nacional. La provincia de Buenos Aires tiene una Ley antigua que no prevé las fumigaciones en forma terrestre, por lo tanto cada municipio hace lo que quiere respetando los intereses de los productores y nunca a favor de la gente".
Por su parte, Jorge Yabkowski explicó a Infobae que desde Fesprosa y diversas entidades están "en una campaña por la prohibición del glifosato hace un año". En ese lapso, realizaron "movilizaciones y presentaciones ante el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) y el ministerio de Agricultura, pero no fueron atendidas", lamentó.
El presidente de Fesprosa subrayó que fundamentan su reclamo contra el agrotóxico por "su potencialidad cancerígena pero además en las investigaciones hemos encontrado daños neurológicos, problemas respiratorios, de piel, malformaciones y abortos espontáneos".
En esa línea, el prestigioso toxicólogo Carlos Damín agregó a Infobae: "El uso del glifosato se estudió ampliamente y ya se ha demostrado que es tóxico y genera malformaciones, de eso no hay discusión". De todos modos, el jefe de Toxicología del Hospital Fernández sostuvo que "aplicado con determinados cuidados puede ser aprovechable", aunque aclaró: "En nuestro país eso es difícil porque no se tienen las medidas de seguridad. Se aplica de forma indiscriminada y cerca de las poblaciones".
"Un infierno instalado adentro de una ciudad, una catástrofe anunciada"
Haciendo un repaso por todos las zonas contaminadas del país, Vizcay Gómez detalló en dónde se sitúa el peor panorama, aunque se trata de un drama difícil de clasificar: "El premio al contaminador serial se lo lleva sin dudas la ciudad de San Lorenzo, Santa Fe. Es un infierno instalado adentro de una ciudad donde contaminan los camiones con granos, venenos, los barcos cargando esos mismos granos y los silos soltando polvillo envenenado en los patios de las escuelas. Es una catástrofe anunciada. No hay control de nada. Abunda el cáncer de todo tipo y hasta cáncer de mamas en niñas y adolescentes, pero no hay estadísticas. La mayoría viaja a los hospitales de Rosario a tratarse. Ahora eso sucede en todos los hospitales de ciudades pequeñas, no hay estadísticas de nacimientos con malformaciones porque las parturientas deben parir en otra ciudad".
Fuente: Infobae