Desde que se separó, la ex integrante de Gran Hermano sufre mal de amores. Mientras aguarda la llegada del indicado, se divierte con amigos. "Una nunca está sola, pero me gusta estar de novia".
Su lengua, filosa y picante, la convirtió en una de las jugadoras que más le aportaron al juego de Gran Hermano en toda su historia. Extrovertida, fresca, divertida, pícara y desfachatada, Marian Farjat (22), la chica del country, pero con personalidad y códigos de barrio, supo conquistar desde la espontaneidad y la ingenuidad. Con ganas de crecer en el medio, se va abriendo puertas a base de esfuerzo. Con ganas y posibilidades de hacer teatro el próximo verano, la joven aprovechó las últimas posibilidades de tomarse vacaciones antes de volver al ruedo. El destino elegido fue Estados Unidos y el viaje lo hizo con su hermana Yasmín. “Con mi hermana somos muy unidas, somos hermanas y amigas. Entre nosotras no hay secretos y siempre nos tenemos para cuando nos necesitamos. En los momentos difíciles, una es el gran sostén de la otra”. La primera escala la hicieron en Nueva York. En la Gran Manzana, donde se quedó una semana, el shopping fue una visita repetida. “Me compré de todo, no sé cómo voy a hacer para llevarme tantas bolsas. Hay cosas alucinantes que en Argentina no se consiguen. Desde ropa hasta maquillaje. En realidad, cuando me enteré de que iban a largar el iPhone 7, programé el viaje para comprármelo. Cuando llegué estaba agotado, una bronca y ya no podía volver otro día. Como no estaba me traje una MacBook Pro, de caliente. Salíamos muy temprano, a las 8, y andábamos todo el día. A la noche comíamos y nos acostábamos de agotadas que estábamos”.
Luego de varios días de recorrida, partieron rumbo a Miami, para continuar con el descanso, y hasta se cruzó con Victoria Xipolitakis en un local de ropa. Llegaron a la tardecita, casi de noche, pero esto no les impidió correr hacia la playa. Donde va, Marian no pasa desapercibida. Desde el primer día, llamó la atención de propios y extraños. Sus ocurrencias y desfachatez rápidamente la convirtieron en el centro de atención.
Mal de amores. Desde que se separó de Brian Lanzelotta, no volvió a formar pareja. “Estoy más sola… nadie me da bola. Con Brian nos separamos en buenos términos, de todas maneras él hace su vida y yo la mía. Estoy esperando al amor de mi vida, sé que tarde o temprano va a llegar, sea él u otro. Por ahí muchos se asustan de mi personalidad, pero soy un pan de Dios”. Mientras tanto, mientras espera a que su príncipe azul golpee su puerta, disfruta de la soltería en tierras extranjeras. “Acá los hombres no dan vueltas, van al frente. Está lleno de argentinos que parece que acá se sueltan más. De todas maneras no me quiero enganchar. Igual en Argentina siempre hay algo, una nunca está sola. Acá vine a pasarla bien con mi sister, a disfrutar del sol y la playa. Nos quedamos en la arena tomando sol, bailando hasta tarde, acá se arman muchas fiestas en la playa. Música, tragos hasta el anochecer y a la noche salimos a recorrer la ciudad. En los boliches me crucé con varios famosos, pero de los grosos, eh. Pharrell Williams, el que canta "Happy", se puso a bailar conmigo y me dijo que le gustaban mis anteojos. Lo que sí, está lleno de argentinos que no pararon de chamuyarme”.
Verano caliente. “Me llamaron para hacer una comedia este verano en Mar del Plata. No tengo nada firmado, sólo me lo comentaron. Estoy viendo, porque me convocaron para cantar en Bora Bora, la banda de cumbia-pop. Se fue la cantante y me quieren a mí para ese lugar. Si arreglo tengo que ver si no hago teatro o si puedo con las dos cosas, todo se está charlando”. Mientras espera definir qué será de su futuro, tanto sentimental como laboral, la rubia levanta suspiros con imágenes jugadas.