La participante del Bailando por un sueño está harta de ser la tercera en discordia. Sin pelos en la lengua, dijo todo lo suyo.
Laurita Fernández está señalada como la tercera en discordia en la separación de Federico Bal y Barbie Vélez. Verdad o no, esto le sirvió a la hija de Nazarena Vélez para terminar con el vínculo y comenzar una nueva etapa de su vida: más lejos del mundo del espectáculo y más cerca de Tribunales con el hijo de Carmen Barbieri. Pero para la rubia bailarina también tuvo su costo: su romance con Federico Hoppe finalizó y hoy está sola y dice su verdad: “Estuve re mal, estaba muy triste. Fue muy abrumador”, le dijo al diario Clarín, entre muchas otras cosas.
¡Mirá este Top Five!
1) La separación y el escándalo.”Lloraba todos los días en mi casa, de repente todo eso. No sabía cuál era la mejor manera de manejarlo. Si salir a hablar o quedarme callada. De verdad fue una situación que no supe manejar. Y a mí no me daba para hacer una gira mediática. Además, nada que ver lo que decían”.
2) La fama. “Yo lo disfruto. Y la fama... la fama es una consecuencia de la popularidad que me da este trabajo. Tiene sus cosas buenas y malas. Cuando son temas lindos, está buenísimo compartirlos. Pero cuando no, también está el interés y… ¿Cholula? No tanto. Siempre fui más de las novelas, de mirar lo que hacían ahí y nada más. En mi caso, por momentos el interés lo viví como un poco invasivo. Prendía la tele y veía que estaban hablando de mí. Fue fuerte y chocante. Pero es parte de mi carrera”.
3) El baile.”Estudié danza y canto desde chica. A los 5 años empecé y nunca me tomé un año sabático para salir con mis amigas ni nada de eso. Fui constante y dedicada.Si empezás a los 5, por ahí a los 14 decís: “No quiero estudiar más”. Yo iba a doble escolaridad, de 8 a 17, y a las 18 entraba a danza hasta las 22. Así todos los días. No salía nunca, ni siquiera iba a merendar a lo de mis amigas”. A los 16 estaba aprendiendo comedia musical con Pepito Cibrián. Y él me vio en una clase, me llamó a un costado y me propuso empezar como reemplazo en el Fantasma de Canterville. Yo dije: “Se me dio”. Era el sueño de mi vida. Estrenamos en el Lola Membrives".
4) Marcelo y el Bailando. “A los 18 me había ganado una beca para irme a estudiar a Estados Unidos y había entrado a la escuela de Julio Bocca. Pero estaba el casting del Bailando y mis amigas me dijeron de ir. Les dije: “Ni loca voy ahí, que bailan todas desnudas”. Antes había mucho prejuicio con el Bailando y la televisión. Pero fui a acompañarlas y quedé. Veía a las mujeres que bailaban con muy poca ropa, muy exuberantes. Pero dije: “Si estoy quedando, por algo es”. Sentía que la tele no era para mí, pero la conocí y me encantó, me fascinó. ¡La amo!”
5) Laurita. “Es raro que me paren y me digan cosas en la calle. No me acostumbré a ser conocida. Voy al kiosco y me dicen: “Chau, Laurita”. Por dentro todavía me pregunto cómo saben mi nombre.Si uno hace cosas lindas y buenas, la gente va a estar de ese lado. Mi anhelo es ese. Estoy bastante enfocada. Por ahí en mi vida sentimental soy más volada. No tengo tan claro cómo me imagino, cómo veo mi vida en ese sentido. No soy Susanita, digamos. Pero bueh, que sea lo que tenga que ser”.
Así fueron los primeros pasos de Laurita, en el Bailando, en 2012. ¡Pasó una vida ya!