La selección masculina de hockey venció al bicampeón olímpico por 5 a 2.
Los Leones, el seleccionado argentino de hockey sobre césped masculino, alcanzó la final de los Juegos Olímpicos de Río 2016 al derrotar por 5-2 a Alemania, el vigente campeón. Así se aseguró una medalla. Tres goles de Gonzalo Peillat de córner corto, el cuarto tanto de Joaquín Menini y el quinto de Lucas Vila provocaron este salto al duelo decisivo, que será el jueves a las 17.
La hazaña es solo comparable con la medalla de plata de las Leonas en Sydney 2000 y sus títulos mundiales en Perth 2002 y Rosario 2010. De esta forma, la misión argentina ya se aseguró la tercera medalla en estos Juegos, después del oro de Paula Pareto en judo y la plata de Juan Martín del Potro en tenis.
El público celeste y blanco deliró en el estadio Deodoro, de donde surgía fuego no solo por la temperatura ambiente, sino también por el juego pasional y a la vez inteligente de los Leones, que no le tuvieron respeto a Alemania y resolvieron el pleito con una autoridad pasmosa.
El día anterior al duelo de semifinales, Carlos Retegui le confesaba a LA NACION: "Me estoy rompiendo la cabeza para ver cómo le podemos ganar a Alemania". Sabía que se enfrentaba a un rival durísimo, con el que había igualado 4-4 en la etapa de grupos. Los germanos se habían clasificado para las semifinales después de revertir el marcador y ganarle 2-1 a Nueva Zelanda en los últimos 48 segundos, con una mentalidad granítica.
No había margen para el error, pero desde el primer momento, los Leones fueron amos y señores en el sintético azul, envalentonados por la efectividad perfecta de Gonzalo Peillat, de 24 años y ya el mejor arrastrador del mundo.
Luego llegó el gran gol de Joaquín Menini tras una espectacular jugada de Agustín Mazzilli y el tanto de Lucas Vila tras una gran asistencia de Lucas Rossi. Entonces, el bicampeón olímpico a casi doce minutos del final decidió sacar al arquero y jugar con un jugador de campo más.
El penal convertido por Moritz Fürste y el tanto de Christopher Ruhr fueron sólo para la estadística porque la goleada argentina estaba consumada con la alegría máxima en la historia de los Leones.
El público quedó conmovido no solo por el manejo colectivo de los Leones, sino también por su capacidad para multiplicarse en todos los sectores. Siempre hubo tres jugadores argentinos contra uno alemán en la lucha de la bocha. Una entrega conmovedora, pero también una estrategia cuidada hasta el último detalle para un triunfo aplastante. "Oh Argentina // es un sentimiento // no puedo parar", se escuchaba desde las butacas. Pero los Leones no se conforman: ahora van por el oro olímpico.