La Comisión Europea (CE) propondrá esta semana repartir 120.000 refugiados suplementarios en los próximos dos años.
Después de las críticas por la indiferencia ante el drama migratorio, llegó la hora de la reacción de Europa, con una batería de medidas que incluyen planes para recibir a los refugiados y bombardeos para debilitar a Estado Islámico en Siria.
La crisis de los refugiados "puede ser controlada y lo será", prometió ayer el presidente francés, François Hollande, durante su periódica conferencia de prensa en el Elíseo.
La Comisión Europea (CE) propondrá esta semana repartir 120.000 refugiados suplementarios en los próximos dos años, según un sistema de cuotas obligatorias, que se sumarán a los 40.000 ya decididos en mayo. El presidente francés prometió recibir durante esos 24 meses, los 24.000 refugiados que corresponden al país en función de su peso económico, su población, su tasa de desempleo y el número de refugiados recibidos antes de 2015.
"Francia está dispuesta a asumir su parte", aseguró ayer Hollande.
Convencido de que la crisis migratoria actual no se resolverá mientras no se neutralice a los jihadistas de Estado Islámico (EI) y Siria no cambie de régimen, el presidente francés también anunció ayer su decisión de bombardear al grupo terrorista en territorio sirio. Miembro de la coalición liderada por Estados Unidos, Francia participaba sólo en acciones aéreas sobre territorio iraquí.
Alemania debería recibir 31.000 candidatos al asilo, además de los 8700 que llegaron en mayo. Pero, siguiendo el modelo de Estados Unidos a fines del siglo XIX, ya anunció que abrirá sus puertas a decenas de miles de refugiados.
"Alemania cambiará", aseguró ayer la canciller Angela Merkel, y prometió 6000 millones de euros suplementarios en 2016 para hacer frente a ese enorme desafío. Esa cifra se agregará a los 5500 millones previstos en el presupuesto de este año.
Prometiendo que ese gigantesco esfuerzo financiero no pesará en los impuestos ni alterará el equilibrio presupuestario -el país tiene actualmente 0% de déficit-, Merkel agregó: "Lo que estamos viviendo es algo que nos cambiará. Y queremos que ese cambio sea positivo. Estamos seguros de que lo lograremos", insistió.
Gran Bretaña, por su parte, sigue rechazando la idea de cuotas obligatorias. Pero el primer ministro británico, David Cameron, anunció ayer que "frente a la amplitud de la crisis y el sufrimiento del pueblo sirio", su país recibirá 20.000 refugiados de esa nacionalidad en los próximos cinco años. "Actuando así, seguiremos mostrando al mundo la compasión extraordinaria de nuestro país", agregó. Cameron, presionado por las críticas de la opinión pública, se vio obligado a abandonar su intransigencia.
El jefe de gobierno británico advirtió, sin embargo, que los refugiados aceptados en su país vendrán "directamente" de los campos de refugiados ubicados en la frontera siria, en Turquía, Jordania y Líbano.
Al igual, que Hollande, Cameron se propone intensificar los bombardeos contra Estado Islámico y dijo ayer que le pedirá al Parlamento que amplíen el plan actual. El gobierno francés dijo que Cameron y Hollande hablaron ayer para "reforzar las acciones de Francia y el Reino Unido para coordinarse en la lucha contra EI y trabajar en paralelo para una transición política ordenada".
Además, Cameron reveló ayer que un ataque con un drone lanzado por Gran Bretaña en Siria el mes pasado mató a tres jihadistas, dos de ellos británicos.
El primer ministro sueco, Stefan Löfven, defendió por su parte el "mecanismo obligatorio y permanente" de cuotas propuesto por Alemania y Francia para aliviar la carga de los países más implicados, como el suyo. En la actual crisis, Suecia es, en relación a su población, el país europeo que ha recibido el mayor número de candidatos al asilo: 81.000 el año pasado, sobre todo, sirios. Según las cuotas previstas por la CE, podría ahora acoger 4500 más.
Las cuotas, en todo caso, están lejos de obtener unanimidad. Unos 14.000 refugiados en España, 9200 en Polonia, 4600 en Rumania... La Comisión debería imponer cifras ambiciosas a todos los países del bloque. Su presidente, Jean-Claude Juncker, dará más detalles mañana. La gran incógnita es saber si todos sus miembros aceptarán. Polonia, por ejemplo, se ha comprometido por el momento a recibir sólo 2000. Y a condición de que sean cristianos. Más de dos tercios de la opinión pública (69%) es hostil a la presencia de población "no blanca" en el país, según un estudio realizado por la Universidad de Varsovia.
En Hungría, el primer ministro Viktor Orban juzgó "prematuro " debatir sobre la repartición de la gente hasta que no se haya controlado la crisis.
Fuente: diario La Nación.