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¿En quién se fija un asesino en serie?

Buscan a un predecesor, estudian su modus operandi, analizan los errores y se convencen de que ellos no los cometerán. Son los copycat serial killers, asesinos en serie que eligen un mentor al que imitar.

08/08/2013

Ese parece ser el caso de Michael Madison, uno de los últimos asesinos en serie arrestados por la policía estadounidense, cuyo juicio se sigue estos días en la ciudad de Cleveland (Ohio). Madison, que había sido condenado en 2001 por intento de violación, fue detenido en la casa de su madre sin oponer resistencia el pasado 22 de julio, el mismo día en que la policía encontró los restos de una de sus presuntas víctimas. Al día siguiente aparecieron dos más. Las tres mujeres eran negras y sus cadáveres se encontraron en bolsas de plástico.

El fuerte olor de la putrefacción de la carne humana alertó a un vecino de la ciudad que llamó a las autoridades. Madison habría dejado el cuerpo sin vida de una de las mujeres, la primera que encontró la policía, en un garaje abandonado. El alcalde de East Cleveland, Gary Norton, indicó a los medios que algunas declaraciones de Madison le llevan a pensar que pudo haber actuado influenciado por el asesino en serie Anthony Sowell, detenido y condenado a pena de muerte en 2009 por haber secuestrado, violado y asesinado a 11 mujeres. También vivía en Cleveland y envolvió a sus víctimas en bolsas de plástico.

Aunque el FBI y los expertos en la materia coinciden en que no existe un patrón común para identificar las motivaciones de los asesinos en serie, también distinguen este tipo de comportamientos de imitación como una fuente para la "vocación" del homicida. Sin embargo, pese a creer que salvarán los escollos y los errores cometidos por aquellos asesinos en serie a los que imitan, en la mayoría de los casos suelen ser capturados.

Estados Unidos es el país del mundo que más sufre la presencia de este tipo de criminales, tanto que una investigación estadística realizada por la Universidad de Radford actualizada hasta comienzos de 2013 revela datos escalofriantes. Según el centro universitario, en el último siglo Estados Unidos registró 2.088 asesinos en serie, siendo el país más afectado seguido de Italia, que apenas sumó 100.

Fallos frecuentes

"Por una parte, no suelen ser muy imaginativos", explicó Katherine Ramsland, doctora en psiquiatría forense y especialista en este tipo de criminales. "Y por otra parte, aunque tratan de evitar los errores que cometieron sus mentores, cometen otros que les llevan a ser capturados, como conservar los cuerpos en una casa abandonada", añade, en referencia a Madison.

El hombre de 35 años habría dejado los cuerpos sin vida de las mujeres en lugares abandonados, sin pensar en la descomposición de los cadáveres ni en que pudiese haber dejado pistas que lo relacionaran con los asesinatos. La policía considera que aún puede haber más víctimas sin localizar.

"Este tipo de personas son sociópatas, no tienen empatía, son todo ego. Aquellos que se dedican a leer sobre gente que comete este tipo de asesinatos se obsesionan con ello. (...) Algunos, los grandes asesinos, se convierten en casi héroes para sus imitadores", dijo James Renner, periodista de investigación especializado en estos casos.

Ramsland advierte de que, tengan ese propósito o no, los asesinos en serie más sanguinarios proporcionan a los aspirantes una especie de guía, un modelo a seguir, un objeto al que admirar, así como "valentía" para enfrentarse a las posibles consecuencias de sus actos.

Madison decidió tomar el camino de Sowell, copiar su modelo para envolver en plástico a las víctimas, pero no recapacitó lo suficiente para evitar ser descubierto, aduce la doctora. "Sintió la necesidad de actuar, y recorrió el último tramo del camino para convertirse en un imitador", añade.

Ambos expertos coinciden: un asesino en serie puede habitar en cualquier lugar, el hecho de que desarrolle o no sus instintos de "depredador" depende de su entorno, de su genética, de su experiencia vital o de cómo transcurrió su infancia. Ramsland insiste: "No hay ningún modo de establecer un patrón sobre cómo funciona la mente de un asesino en serie".