Dirigentes opositores coincidieron en que el mensaje de la gente fue dirigido principalmente hacia la presidenta Cristina Kirchner y pidieron a la mandataria que "escuche ese reclamo". Qué dijeron Macri, De Narváez, Cobos, entre otros.
Los principales dirigentes de la oposición, que en los días previos se habían manifestado a favor del #8N, (algunos marcharon y otros prefirieron no tomaron parte en la movilización), coincidieron en que el mensaje de la gente fue dirigido principalmente hacia la presidente Cristina Kirchner y en que la mandataria "escuche ese reclamo" de la sociedad.
En este sentido, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, fue el primero en salir a manifestar las sensaciones que le provocó la movilización y aseguró que "lo que hizo el pueblo argentino ayer para emocionarse".
El líder del PRO dijo estar "muy contento" por la multitudinaria protesta y enfatizó que "la gran protagonista, la que recibió el mensaje del día de ayer es la Presidente", por lo que le pidió que "escuche".
"Lo que hizo el pueblo argentino merece orgullo. Se ha movilizado como nunca antes en la historia y lo hizo demostrando que hay una Argentina y una energía positiva impresionante", señaló Macri.
En sintonía, el diputado nacional Francisco De Narváez sostuvo que "fue una marcha muy importante, donde la gente reclamó por la libertad y también para que no se modifique la Constitución".
El legislador del Frente Peronista aseguró además que la convocatoria al #8N fue también "un mensaje a toda la dirigencia política". "Si hay vocación de escuchar, yo tengo vocación de conversar y de proponer", manifestó.
Otro de los legisladores que opinó sobre la movilización fue el radical Ricardo Gil Lavedra, quien consideró que "lo de anoche fue un ejercicio impresionante de vitalidad democrática". "Lo que quería esa gente era hacerse escuchar", afirmó.
"Cuando desde el Gobierno dicen que no hay inflación, inseguridad, crisis energética ni corrupción, la gente se indigna con eso", insistió pero admitió que "estas multitudes también están manifestando que no tienen un canal de representación adecuado".
"El reto de la oposición es representarlos", sostuvo al ser consultado sobre quién capitalizará el reclamo y anticipó que "en la Capital Federal hemos comenzado conversaciones con la Coalición Cívica, Libres del Sur y el Partido Socialista" y que en la provincia de Buenos Aires "hay conversaciones en el mismo sentido".
También gobernadores reflexionaron sobre la manifestación y plantearon la necesidad de “ver qué lugar se le va a dar al reclamo” de la ciudadanía.
"Hay que tratar de encontrar consensos. Cuando no se escucha los reclamos de la gente se puede volver un boomerang", sostuvo el gobernador de la provincia de Santa Fe, Antonio Bonfatti.
El mendocino y ex vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, confirmó que no participó de ninguna marcha y explicó su ausencia: "No fui porque considero ha sido producto de una sociedad que ha sabido interrelacionarse y expresarse. No hay que mezclar las cosas".
Coincidió en que "hay gente que no está conforme" y al igual que el resto de los dirigentes políticos, sostuvo que "ahora habrá que ver si esto se traduce en un acuse de recibo". Pero Cobos no es optimista: "Creo que no, ya paso (el cacerolazo) el 13 de septiembre y nada cambió (desde el Gobierno)".
Alberto Fernández fue otro de los dirigentes políticos que opinaron y consideraron que "para el gobierno fue un llamado de atención enorme” y advirtió que "el relato oficial ha entrado en crisis".
El ex funcionario kirchnerista reconoció que la gente que se manifestó "no tiene liderazgo", pero sostuvo que "el problema central es que no encuentran respuestas por parte del Gobierno".
"La democracia es votar cada dos años, pero además es tolerar la crítica. Quisiera que el Gobierno tome cuenta de lo que ha pasado y advierta que su relato es insuficiente", enfatizó.