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País

Iván Heyn les dijo a sus amigos que estaba decepcionado

El funcionario que se quitó la vida les envió mensajes de texto a sus amigos para confiarles que no estaba de acuerdo con algunos funcionarios y no soportaba el lugar que le había tocado en el Gobierno.

08/01/2012

Mientras la familia de Iván Heyn aguarda que finalice la feria judicial, su muerte sigue siendo un misterio. Las pericias en Uruguay apuntan a la muerte accidental como consecuencia de un juego sexual de alto riesgo. Sin embargo, hay indicios y datos que indican que el economista de La Cámpora estaba en crisis, producto de decepciones fuertes que sufrió en la política.

En los días previos a que apareciera ahorcado en la habitación del hotel uruguayo, durante la cumbre del Mercosur, Heyn mandó cantidad de correos electrónicos a sus amigos: les decía que estaba mal, que no soportaba el lugar que le había tocado en la reestructuración del Gobierno, y que no estaba de acuerdo con varias cosas que estaban haciendo algunos funcionarios.

Está claro, igual, que eso no es motivo de suicidio en alguien con una personalidad estable. Pero su tendencia a sobredimensionar hasta el extremo los problemas lo tenían acorralado. De hecho, tal como anticipó este diario, sus amigos lo habían llevado a terapia veinte días antes porque sentían que necesitaba ayuda profesional. Por chat, también contó que estaba enojado con la conducción de La Cámpora. Lo hizo los días previos a su muerte.

A diferencia del resto de sus compañeros de la agrupación, Heyn era un tipo pasional, y no digería mucho la verticalidad de la organización. Tampoco se bancaba que personas que antes habían cuestionado duramente el modelo fueran premiadas dentro de la estructura interna. “El creía en el modelo económico como si fuera una biblia”, confesó una persona que lo conoció.

Existe la sospecha entre los familiares de que, como los celulares y la notebook fueron entregados por el gobierno uruguayo al embajador argentino, Dante Dovena, pudiera haberse borrado información vital. Pero siempre quedan rastros. Esos mails y chats les llegaron a sus amigos y a funcionarios.

El abogado que defenderá los intereses de la familia fue contactado desde Buenos Aires por otro estudio de abogados argentino. Los padres de Heyn todavía no le firmaron el poder para que pudiera acceder a la causa y ver qué pruebas hay y qué resultados arrojaron las pericias. Mientras tanto, está atado de manos. Todo lo que trascendió fue comunicado por el vocero de la Corte Suprema uruguaya, Raúl Oxandabarat, que a Perfil le sugirió que la causa tiene destino de archivo, siempre y cuando quede confirmado que no intervinieron terceros en el episodio.

La semana pasada Perfil publicó que tres personas de la delegación argentina entraron a la escena del hecho mientras se hacían las pericias. Eso, para los expertos, es peligroso: no puede haber nadie ajeno a la investigación mientras se está haciendo porque pueden alterar las pruebas. ¿Cómo saber si alguno de ellos colocó un elemento que no estaba?

Quedan también dudas sobre el barral del placard, que era de metal hueco. ¿Cómo pudo resistir el peso de Heyn, un hombre corpulento? Las contradicciones en la información abundan: algunos dicen que lo encontraron colgado, otros que estaba tirado en el piso, algunos afirman que el barral estaba quebrado, otros que estaba intacto. ¿Cómo pueden existir dos versiones de un mismo hecho?

Fuente: diario Perfil.