La policía detuvo al sospechoso cuando se estaba por subir a un micro de larga distancia.
El asesino ya le había quitado la vida a Olga Moyano, la mujer que apareció el viernes descuartizada frente a una obra en construcción de la ciudad de Villa María, pero además quiso dejar su marca y lo hizo de una manera siniestra. Con la punta de un cuchillo le escribió la palabra "puta" en la espalda.
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Esa también fue la pista inequívoca para los investigadores de que el femicida tenía un "odio intenso" hacia la víctima y todas las sospechas se centraron inmediatamente en su círculo íntimo.
Así llegaron hasta Osvaldo Varela, una expareja de Olga, a quien la policía logró detener minutos antes de que se subiera a un micro de larga distancia en la terminal de San Francisco. Además del análisis de los registros telefónicos en un allanamiento en su casa encontraron un colchón, un jean y zapatos manchados con una sustancia que podría ser sangre.
El albañil, de 53 años, que ya estuvo preso y acumula más de 10 causas en su mayoría por robo, quedó detenido e imputado por el delito de "homicidio calificado por mediar violencia de género".
La última vez que la familia de Olga había tenido noticias suyas había sido el jueves, un día antes de que la encontraran asesinada. Había llamado a su hijo para contarle que iban a retenerle la moto en un control policial y después, volvió a llamarlo con voz llorosa para pedirle que fuera a buscarla al hospital Pasteur.
Cuando el joven llegó ya no estaba. Tampoco pudo volver a comunicarse por teléfono. La encontró un día después un grupo de obreros cuando salió a descartar una bolsa de escombros en una obra. La habían descuartizado y descartado en varias bolsas de plástico.
Fuente: TN