"Perro Rojo" cayó ante Drogas Peligrosas de la Policía Federal. Además se secuestró marihuana y, por primera vez en su historia, LSD en diferentes presentaciones.
Efectivos de Drogas Peligrosas de la Policía Federal encabezaron un importante procedimiento en la provincia de Tucumán, donde lograron detener a un "transa vip" a quien venían investigando por la venta de drogas "duras" caras, a gente de alto poder adquisitivo, como deportistas, empresarios y empleados judiciales.
El procedimiento ocurrió en Asunción al 200, el sábado a la mañana. Casi no había movimiento en ese sector de Villa Luján. Los hombres de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, ayudados por las penumbras, ingresan a un domicilio donde reside un tal “Perro Rojo”, que ya fue catalogado por los pesquisas como un transa vip. Allí los investigadores encontraron la droga que buscaban para probar que el sospechoso se habría dedicado a la venta de marihuana y LSD para clientes de alto poder adquisitivo.
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Los vecinos se sorprendían al descubrir a los tres hombres con armas largas y el rostro tapado con pasamontañas que custodiaban el lugar donde se desarrollaba la medida ordenada por el juez federal Fernando Poviña. No entendían qué había ocurrido, mucho menos cuando se daban cuenta de que los efectivos pertenecían a una fuerza nacional.
Disimuladamente, cuando pasaban por la puerta, intentaban observar lo que ocurría adentro. Nunca pudieron descubrir con sus propios ojos que en una especie de departamento, ubicado en el fondo de la vivienda, los policías encontraron una planta de marihuana de casi dos metros de altura, por lo menos 600 gramos de cogollo (la flor de la “yerba”, fraccionada en frascos), unas 45 “pepas” (así se conoce a las dosis de LSD) y unas 1.200 semillas de “yerba” importada, además de fertilizantes y una balanza electrónica. También se llevaron unos $ 6.000 y tres teléfonos celulares. No encontraron cocaína ni éxtasis, que sospechaban que también podría haber estado comercializando el sospechoso que quedó detenido.
La investigación, que fue dirigida por el fiscal Pablo Camuña, comenzó cuando recibieron información de que había una persona que se dedicaba a la venta de drogas de alto valor y que eran adquiridas por personas de gran poder adquisitivo. Los investigadores, al mando de los comisarios Jorge Luján y Ramón Hernández, comenzaron a seguir una línea y, paulatinamente, fueron descubriendo algunos datos.
Con el correr de los días establecieron que el acusado era una persona muy precavida a la hora de comercializar las drogas. Sus clientes, entre los que se encontrarían empresarios, ejecutivos, personas vinculadas al deporte de alta competencia, dirigentes políticos, empleados judiciales y profesionales, por su condición, realizaban las operaciones con la mayor de las reservas. La Justicia, según trascendió, no ejercerá presión sobre ellos, ya que quedó demostrado que adquirían las sustancias para consumo personal.
El sistema de venta habría sido siempre el mismo. Sus clientes lo contactaban por teléfono para hacerle una reserva y luego las entregaba personalmente. Por eso los pesquisas tuvieron que hacer un doble esfuerzo para probar las transacciones. También, según consta en el expediente, habría tenido como rutina recurrir a un boliche de música electrónica ubicados a pocas cuadras del lugar allanado para comercializar pastillas de éxtasis.
“No era muy conocido en el barrio. Él es de otra zona y desde hace un tiempo se instaló aquí. Tampoco observamos movimientos extraños para pensar que algo raro estaba ocurriendo allí. La verdad es que nos queríamos morir cuando nos enteramos que vendía droga”, comentó Margarita Herrera, una vecina.
A los investigadores les llamó la atención otro dato. En el lugar donde se realizó el allanamiento, además de ser el centro de operaciones del “Perro Rojo”, se alquilaban cocheras para que los habitantes de la zona guardaran allí sus vehículos. “No sabíamos nada de quién es esa persona. Lo veía cuando venía a guardar el auto. Era muy churo porque te saludaba y te preguntaba cómo estabas. La verdad que quedé helado cuando me dijeron que se estaba haciendo un procedimiento antidrogas”, dijo Pablo.
Mientras los federales requisaban lentamente el departamento del acusado, cada vez eran más las personas que se arrimaban a preguntar qué estaba sucediendo. “Estamos perplejos porque esta es una zona con mucho movimiento. Tampoco hay situaciones similares a los barrios donde se venden drogas, es decir, muchos robos para poder comprarlas”, indicó Juan Luis Nieva.
Inédito
Esta es la primera vez que la fuerza nacional logra secuestrar LSD en el formato que se encontró en la casa de “Perro Rojo”. Las “pepas”, según se informó oficialmente, tenían dos presentaciones: una en troqueles (como si fueran estampillas) y la otra en gel, que estaba envasado en pequeñas cápsulas ubicadas en un blíster.
Fuente: La Gaceta