Rodrigo Cortés firma esta fábula carcelaria y sátira política sobre un tipo empeñado en vivir en prisión y que hará cualquier cosa para conseguirlo. Lo interpreta Mario Casas, a quien acompañan Anna Castillo y Blanca Portillo.
Por Fausto Fernández
Para Fotogramas
Hay algo en la odisea de N., un Mario Casas que parece la contrafigura, dibujada y escrita por el Tono de la revista 'La Codorniz', del Steve McQueen de 'La gran evasión' (J. Sturges, 1963). Algo que remite a la del Janitz de 'La Hora 25', novela del rumano Constantin Virgil Gheorghiu llevada al cine en 1967 con Anthony Quinn de protagonista: el tipo testarudo empeñado en ir a la contra que desnuda la situación a la inversa de todo un sistema. N. no está 'Detenido en espera de juicio' como Alberto Sordi en la kafkiana comedia de Nanny Loy, otro referente, cabezudo y cabeza abajo, de 'Escape', sino a la espera de llevar la contraria y ser encarcelado.
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La obra de Rodrigo Cortés se caracteriza por ese cambio de rumbo que acaba llevándonos ¿al mismo lugar del que pretendíamos escapar?: Frank Capra en 'Concursante'; Roger Corman en 'Luces Rojas'; Ernst Lubitsch en 'El amor en su lugar'… 'Escape,' acaso la película más libre, libérrima (cómo huye, con encantador descaro, de la novela de Enrique Rubio) y libertaria de Cortés halla en la fábula, dividida en siete versos sueltos, el vehículo idóneo para esta escapada (Dino Risi no andará lejos) del género carcelario, y del género de la sátira política. Una 'Loquilandia' bressoniana con jotas soñadas que habría bailado Miguel Gila encomendado a Miguel Ligero; la tardía pero bienvenida reivindicación de la berlanguiana 'Todos a la cárcel'; una greguería en toda regla con el Andy Dufresne de 'Cadena perpetua' marcha atrás a golpe de manivela Buster Keaton.
Para iconoclastas, cariñosos, de los géneros cinematográficos.