Planearon una escapada familiar y se sumaron las hijas de la bailarina, Charis, Bella y Francesca, como también la primogénita del abogado, Pilar, fruto de su primera relación.
A meses de confirmar su relación, Cinthia Fernández y Roberto Castillo viven a pleno su romance. En medio de su historia de amor, la pareja decidió armar las valijas y alejarse de las obligaciones diarias rumbo a un viaje a México. Pero no fueron solos, sino que planearon una escapada familiar y se sumaron las hijas de la bailarina, Charis, Bella y Francesca, como también la primogénita del abogado, Pilar, fruto de su primera relación.
“Nos fuimos”, escribió Cinthia en un clip donde se pudo apreciar las inmediaciones del aeropuerto. A altas horas de la noche, el grupo que encabezó la mediática se subió al avión y emprendió su camino al hemisferio norte. Tan solo unos minutos más tarde, la modelo enseñó cómo arregló la posición de los asientos entre las pequeñas y su novio. Este se acomodó al lado de su hija, a quien abrazó durante el transcurso del viaje.
En un parpadeo, la panelista de LAM (América) llegó a destino. “Hola México”, escribió con unos emojis de carita enamorada, un corazón rojo y una mano. Desde las alturas, ella pudo visualizar el territorio mexicano y, además, las claras aguas que bañan sus costas. Con una gran emoción, Cinthia y Roberto se instalaron en su alojamiento en Playa del Carmen y no desaprovecharon ningún segundo.
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Por su parte, el letrado se encargó de capturar algunos de los momentos posteriores tras llegar al país azteca. Instalados en el hotel, él mostró el look veraniego de su pareja: una bikini negra con detalles en blanco y encima un vestido de redecilla de la misma tonalidad. Lo mismo hizo con las niñas, quienes lucieron unos trajes de baño en tonalidades rosadas, verdes, y hasta del color de la bailarina.
Cabe mencionar que este es el segundo viaje que realizan como familia ensamblada. A fines de agosto, Cinthia y Roberto se instalaron en San Carlos de Bariloche. Ante un panorama invernal, la dupla dio rienda suelta a su amor y buscó afianzar la relación entre sus hijas. Una vez que llegaron al sur del país, la actividad que ocupó de lleno su atención fue el esquí. Con todo el equipamiento en su lugar, tanto adultos como menores se encaminaron al cerro y enseñaron su habilidad en este deporte.