El jurado encontró a James Crumbley, de 47 años, culpable por haber ignorado los problemas de salud mental de su hijo de 15 años y darle un arma que utilizó en un tiroteo en noviembre de 2021.
El padre de un joven que causó la muerte de cuatro estudiantes en un colegio en EE.UU. fue hallado culpable del delito de homicidio involuntario.
El veridicto del jurado dado a conocer este jueves encontró a James Crumbley, de 47 años, culpable por haber ignorado los problemas de salud mental de su hijo de 15 años y por darle un arma que utilizó en un tiroteo en noviembre de 2021.
En ese hecho, Ethan Crumbley causó la muerte de cuatro de sus compañeros de clase al dispararles mientras estaban en clase.
Las víctimas fatales fueron Tate Myre de 16 años; Hana St. Juliana de 14 años, Madisyn Baldwin de 17 y Justin Shilling, también de 17 años.
En el ataque, que ocurrió en una escuela en la ciudad de Detroit, también resultaron heridas siete personas.
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Ethan fue detenido y posteriormente condenado a cadena perpetua.
La madre de Ethan, Jennifer, también fue hallada culpable del mismo delito.
Tras el veredicto se espera conocer la condena para ambos padres en unas semanas.
Primeros pasos
Steve St Juliana, el padre de una de las víctimas fatales del tiroteo, dijo al terminar el juicio que la condena para los padres de Ethan Crumbley “son apenas los primeros pasos” para comenzar a lidiar con el problema de las armas en EE.UU.
“Nuestros niños están muriendo a diario por asesinos en masa y estamos haciendo muy poco para evitarlo”, dijo.
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“Ponemos gente en la luna, construimos rascacielos, pero no podemos tener seguros a nuestros niños en el colegio”, añadió.
El pasado mes de febrero le había dicho a la BBC que “cada día que pasa sin mi hija es una lucha contra la corriente”.
“Ella estaba siempre sonriente, siempre haciendo reír a los demás”, recuerda.
La fiscal del caso Karen McDonald dijo durante una conferencia de prensa, rodeada por los padres de las víctimas, que este veredicto “no va a regresar a la vida a estos jóvenes, pero marca un momento de responsabilidad”.
“Los Crumbleys pudieron prevenir esta tragedia con un poco de esfuerzo”, añadió.
A principios de esta semana, en su argumento de cierre frente al jurado, la fiscal señaló que el ataque en la escuela de Detroit se pudo haber “prevenido y evitado”.
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Y añadió que las acciones de James Crumbley fueron “raras y escandalosas”.
“Él no tomó ni la más mínima precaución para asegurarse que su hijo no fuera una amenaza después de darle una pistola semiautomática como regalo”, dijo la fiscal.
McDonald también señaló que ambos padres no hicieron suficiente para lidiar con el evidente declive de la salud mental de su hijo.
En la mañana del tiroteo, ambos padres interrumpieron una reunión en el colegio donde habían sido citados para hablar de unos dibujos perturbadores que había hecho Ethan para irse al trabajo.
Tampoco quisieron llevar a su hijo de vuelta a casa.
Entonces los maestros lo enviaron a clases sin revisar su maleta, que contenía una pistola.
Durante el juicio se supo que cuando el padre de Ethan escuchó sobre el tiroteo, desde su trabajo a su casa buscando el arma.
La defensa de James Crumbley señaló que “James no tenía idea de lo que estaba sufriendo su hijo".
Culpando al padre
James Crumbley no testificó. Sin embargo, su esposa sí lo hizo durante su juicio y trató de culpar a su esposo.
Ambos compraron una pistola Sig Sauer de 9 mm que su hijo usó en el tiroteo.
Los fiscales dijeron que los Crumbley tampoco se habían asegurado de que el arma estuviera guardada de forma segura.
"Los padres y los propietarios de armas tienen la responsabilidad de impedir que los niños accedan a armas mortales", dijo Nick Suplina, del grupo de defensa Everytown for Gun Safety,
Y añadió que el veredicto "subraya aún más este deber crítico de la posesión responsable de armas".
Los Crumbley fueron acusados por la policía pocos días después de los asesinatos.
Inicialmente se suponía que los padres serían juzgados juntos, pero en noviembre solicitaron juicios separados.
Está previsto que ambos sean sentenciados el 9 de abril. Un cargo de homicidio involuntario como el de este caso conlleva una pena de hasta 15 años.