El actor pasó por el living de PH, podemos hablar, y no dudó en recordar los momentos más duros que le tocaron vivir.
Con algo de humor y ante la mirada atenta de sus compañeros de entrevista, Matías Alé contó en PH, podemos hablar detalles del brote psicótico que sufrió hace seis años y que derivó en una larga internación psiquiátrica. Además, explicó que hoy está muy bien, que siente que a partir de su experiencia puede ayudar a otros y contó que luego de la grabación del programa se muda a la ciudad cordobesa de Carlos Paz para debutar como empresario del rubro gastronómico al frente de un restaurante de sushi.
El tema del problema de salud que atravesó Alé surgió a partir de una pregunta sobre el matrimonio. ”Me casé por civil con mi ex, pero no llegamos a la Iglesia porque yo fundí biela antes”, disparó en relación a su fallida unión con María del Mar Molar. Tras explicar que no tiene problema en compartir su experiencia porque le sirve contar lo que vivió y porque mucha gente está pasando por lo mismo, el actor aseguró que hoy está “en un ocho”. “Podría estar un poquito mejor, pero vengo bien”, se sinceró.
“Lo que me pasó, me pasó para que no me pase algo peor”, explicó. Y tras aclarar que no predica la locura, dijo que otra explicación que le encontró es poder, a partir de su experiencia, ayudar a otras personas. “Paso el teléfono de mi psiquiatra más que el de mi representante”, bromeó. “Me siento una especie de Gilda porque la gente me da rosarios, agua bendita, me recomiendan al padre Mario, al padre Ignacio. Andá a ver a la virgencita de Salta. Como yo creo mucho me aferro a eso. No me molesta para nada hablar de los brotes”, agregó después.
Tras aclarar que no es un tema para reírse, Andy Kusnetzoff, conductor del envío, recordó que Alé durante su brote “predicó y curó gente”. El exnovio de Graciela Alfano de inmediato compartió la anécdota. “Estaba en un evento, me contrataron para hacer la conducción, y de repente se ve que se me cambió el switch”, explicó. Matías recordó los sistemas antiguos de formato de video PAL-N y NTCC y los utilizó para graficar cómo de repente pasó de una realidad a la otra. “Yo venía en PAL-N y de repente track, se te cambia el switch. Y de la nada te crees que sos el espíritu santo. Es genial”, recordó.
Alé recordó que en el evento había alrededor de 15 mil personas y que en un momento se preguntó: “¿Qué hago acá?”. Luego, se respondió solo: “Yo acá tengo que predicar”. Y continuó: “En vez de hablar de los productos empecé a hablar de Dios. Y la gente me seguía, no es que me bajaron del escenario”. Después, explicó que recorrió los stands y que con un spray de pelo rociaba a las señoras mayores y les decía “te bendigo” y que luego se llevaba a la gente al camarín, donde terminaron siendo alrededor de 70.
“A las seis de la tarde me pagaron y lo que me pagaron se lo di al seguridad que estuvo todo el día conmigo porque yo sentí que era mi ángel de la guarda. Y al día siguiente que era lunes y que también tenía que hacer la conducción no había nadie. ¡Era lunes! Y yo dije ´no estoy predicando bien ¿Qué hago?´ Y ahí empecé a predicar de vuelta”, completó el relato.
Para explicar el humor con el que contó sus episodios, Alé lo relacionó con el paso del tiempo. Luego, desligó a su exmujer, aclaró que nunca lo dejó solo como muchas veces se dijo y reconoció que la separación fue de mutuo acuerdo. Además, destacó la figura de su madre, y la presencia de sus familiares y amigos como el sostén que le permitió superar el trastorno psicótico. Puntualmente, reconoció que fue su madre la persona que más lo ayudó a salir adelante.
Tras escuchar el relato de Callejero Fino en relación al tiempo que estuvo preso, Alé disparó: “Es muy difícil perder la libertad. Yo estuve preso pero dentro de un neuropsiquiátrico. Estuve 45 días y en la segunda internación 27″, compartió. “Uno no se da cuenta cuando se levanta que sos libre. De lavarte los dientes, de bañarte, de venir acá. No tomás conciencia”, analizó.Y completó: “Uno no sabe lo que es perder la libertad. No tener celular, acostarte a la hora que te dicen, almorzar a la hora que te dicen”.