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McMurtry Spéirling, el “pequeño gran” auto que asombró en Goodwood

Rompió todos los récords de la trepada a la colina del Festival de la Velocidad. Es eléctrico, tiene ventilador, un solo asiento y una bestial combinación de potencia y efecto del aire.

29/06/2022

El auto es tan pequeño que cualquier superdeportivo que se estacione al lado parecerá gigante. Pero además de pequeño, es un auto angosto porque solo tiene un asiento en el centro como si fuera un auto de fórmula, y más aún, porque el tamaño de sus ruedas hace que parezca que lo hubieran prensado con una de esas compactadora para destruir chatarra.

Se trata del Spéirling, un auto eléctrico sumamente innovador que desarrolla hace casi un año la empresa McMurtry Automotive en Inglaterra. Mide 3.200 mentros de largo y 1.5 de ancho, es alrededor de un 30% más pequeño que un Bugatti Chiron y con 1000 CV y menos de 1000 kg, su relación peso/potencia es un 40% mejor que el auto francés.

Para que ese peso sea posible, es fundamental que todo su chasis y carrocería sean construidos en fibra de carbono, pero además, tiene que tener un peso de las baterías absolutamente controlado. Al ser un auto 100% eléctrico, pero de alta performance, el rendimiento debe ser alto de modo que la batería necesariamente tiene que tener cierto volumen inevitable.

Uno de los secretos del McMurtry Spéirling para desarrollar la mayor velocidad posible con ese condicionante del peso, es que no tiene ningún tipo de perfil aerodinámico. Esto permite que sea sumamente veloz por derecho, pero el problema debería venir al momento de frenar, cuando la carga aerodinámica es esencial, más aún al doblar en curvas veloces.


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Entonces, lo que han creado sus diseñadores, es un ventilador debajo de la carrocería que succiona el automóvil hacia el piso ante la demanda de su conductor o de sus sensores de a bordo. Así como el DRS de un Fórmula 1 se abre en las rectas para ir más rápido, en el caso de este pequeño y potente auto eléctrico ocurre lo contrario. La carga contra el piso es lo que se activa y en lugar de hacerlo con un ala trasera que genere choque contra el viento, se hace encendiendo una especie de aspiradora en el piso del auto. Sin haber comunicado su velocidad máxima, McMurtry Automotive asegura que es capaz de llegar de 0 a 300 km/h en solo 9 segundos.

Este proyecto no es un capricho ni una locura, todo lo contrario. Su creador es Sir David McMurtry, el responsable de desarrollar el motor Rolls-Royce Olympus del Concorde, nada menos. A este hombre de negocios irlandés, lo secunda como Director Gerente de la compañía, Tom Yates, antiguo integrante de Mercedes AMG High Performance Powertrains, por si no suena conocida, es la empresa que desarrolló los motores con los que Mercedes dominó los campeonatos mundiales de Fórmula 1 desde 2014 a 2020.

El modo de conducir este automóvil tan extraño como fascinante es con pocos mandos. El volante, naturalmente, el acelerador y el freno, y dos comandos adicionales de vital importancia: una paleta que activa el ventilador del piso en caso que el piloto sienta que lo necesita antes que el auto lo perciba por sí mismo, y un interruptor para variar el nivel de control de tracción de acuerdo a la necesidad del conductor.

Si bien no hay demasiadas especificaciones, ni tampoco se han mostrado imágenes del auto sin su cubierta que tapa los motores y el sistema eléctrico, presentarse en el Festival de la Velocidad de Goodwood el pasado fin de semana y que su primera trepada a la clásica colina del castillo le haya permitido romper el récord que estaba en poder del Volkswagen ID R en casi un segundo, muestra un potencial enorme.

El objetivo del proyecto, según sus responsables es el de mostrar una nueva forma de movilidad eléctrica de alto rendimiento, que combina el motor, la batería y la eficiencia de una carrocería como todo un conjunto. Pero claro, no es un auto que pueda representar el modelo para las calles, porque no hace falta tanta potencia, porque solo puede tener un ocupante, y fundamentalmente, porque al encender su ventilador, levanta con tanta fuerza hasta la más mínima pizca de polvo, que deja una nube detrás de su raudo pasar.

Es un auto de carreras de aceleración, se ha creado con ese propósito y es el segundo prototipo que se ha construido. El primero solo fue un ensayo de diseño y tecnología, que luego de ser probado generó esta evolución. Ahora habrá que ver cuál será el tercer paso. Goodwood lo esperará ansioso.