La vicepresidenta segunda del STJ hizo un análisis del escenario actual de la mujer en el mercado laboral y de las dificultades que presenta el trabajo remoto.
La Dra. Ana Rosa Rodríguez, vicepresidenta segunda del Superior Tribunal de Justicia, brindó una disertación en el marco de las “II Jornadas Internacionales sobre la Mujer”. Visiones Interdisciplinarias: II Parte. Salud.
La magistrada expuso sobre “Teletrabajo desde un enfoque de género”, situación que permite examinar como interactúan las diferencias biológicas sociales y culturales que generan una situación de desigualdad en el ámbito de la educación, trabajo, salud, etc. permitiendo tomar las medidas convenientes para garantizar oportunamente la equidad de género.
En ese sentido, los “pisos pegajosos” esto es la dificultad para dejar el ámbito doméstico por las tareas del hogar y de cuidado son el obstáculo para acceder a un empleo. Una vez que la mujer accedió al mismo, tenemos las “escaleras rotas”, es decir, las transiciones que por las mismas cuestiones domésticas o de cuidado, cortan las trayectorias laborales y por ello, la posibilidad de promoción a otros lugares con mayor responsabilidad de decisión.
En tanto, “las paredes de cristal en forma horizontal”, se refieren a una concentración de la actividad de la mujer en determinados rubros, como la salud y la educación y el “techo de cristal, que es la segregación vertical”, que impide el acceso a puesto de decisión”.
El teletrabajo no es un escenario idílico para la mujer, porque además de las múltiples tareas diarias, que implican la conciliación de lo laboral con lo familiar, hay menos descanso, estrés, agotamiento, cuadro de ansiedad y depresión, por lo tanto un empeoramiento del cuadro de salud.
Lo positivo de la experiencia del trabajo remoto obligatorio en el actual contexto provocado por la pandemia del Covid 19, es el nivel de compromiso de parte de los y las trabajadoras, en algunos casos, superiores a la modalidad presencial.
Es trascendental el rol de la negociación colectiva en el ámbito del teletrabajo y la importancia del ingreso de las mujeres en estas organizaciones, donde hoy nuestra participación es mínima. (un 82 % sobre 18 %). Por ello la creación del Ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad creado recientemente tiene desde las políticas públicas mucho por hacer.
En tanto, el derecho a la desconexión, es el derecho tanto a no ser contactadas y además que no se remita tareas fuera de horario laboral, como así también desconectarse completamente de los dispositivos tecnológicos. Estas situaciones están hoy previstas en la nueva ley de Teletrabajo 27.555 que entrará en vigencia los 90 días posteriores a la finalización del ASPO.
Las cuestiones vinculadas a la salud en el ámbito del trabajo se vinculan con las complicaciones que el aislamiento trajo consigo, no solo para la mujer que vive en situación de violencia de género intrafamiliar, sino también por el ciber acoso, acoso laboral y el BO.D “Burnout DIGITAL” o “síndrome de la cabeza quemada”, que es un agotamiento físico, mental y emocional causado por el cansancio de estar conectados tantas horas a los dispositivos o por el mal uso o uso abusivo de las TICs.
A ello, se vinculan distintas enfermedades que tienen que ver con la permanencia frente a la computadora o al teléfono, sin las comodidades que respete los standares establecidos, problemas de la visión, posturas corporales, tensión ocular, deshidratación de la piel entre otras.
Todas estas patologías no están incluidas en el listado de enfermedades profesionales de la Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART), por lo que es necesario el pertinente diálogo social, a través de la negociación colectiva, para que puedan ser incluidas y cubiertas.
Es por ello, que estas jornadas son ámbitos de discusión y valoración de todos los hechos sociales sucedidos a partir del trabajo remoto forzoso y construir nuevas alternativas para aplicarlas a la “nueva normalidad” que ya está presente entre nosotros.